sábado, 17 de mayo de 2025

RESEÑA DE "ESTOCOLMO 1520. EL REY TIRANO"

Sinopsis e introducción

Estocolmo 1520. El Rey Tirano es una apasionante historia épica de venganza, intrigas, batallas y mucho humor negro en la que las mujeres son las heroínas. Dirigida por el nominado al Oscar Mikael Håfström (Evil / Ondskan) y producida por Helena Danielsson (La infancia de un líder).

Inspirada en uno de los episodios más crueles de la historia de Suecia conocido como el Baño de Sangre de Estocolmo, la película narra, con un peculiar estilo, este evento histórico que supuso un punto de inflexión en la historia escandinava marcando el final de la Edad Media y del catolicismo en Suecia. El nacimiento de una nueva era.

Con un irreverente lenguaje visual, entremezclando el rigor histórico con una atrevida visión contemporánea de los hechos, la historia se presenta tan relevante ahora como lo fue hace 500 años. La película, ha sido recientemente nominada al premio Guldbagge (los Goya suecos) por sus efectos visuales.

”Erlend Loe ha escrito un guión apasionante. Para mí, es la base perfecta para una historia de venganza femenina, estilísticamente afilada”. Afirma su director, que continúa ”no es sólo una lección de historia bien escrita, sino que establece paralelismos con nuestros propios tiempos turbulentos y, de vez en cuando, los diálogos se entrecruzan para dejar claro este punto.”

De este modo figuras históricas, como el rey Kristian II, la reina Kristina Gyllenstierna, Gustav Trolle, Didrik Slagheck y Hemming Gadh, se mezclan con las heroínas de ficción, Anne y Freja, inmersas en una misión de venganza después de que toda su familia fuera masacrada por el ejército invasor danés.

Un inmenso reparto coral que reúne a alguno de los actores más reconocidos del panorama escandinavo como Claes Bang (Ganador del EFA al Mejor Actor por The Square), Alba August (nominada al premio Guldbagge de la Academia Sueca por su trabajo en Conociendo a Astrid y El acusado perfecto), Adam Pålsson (Before we die), Ulrich Thomsen (Celebración, El mundo nunca es suficiente), Jakob Oftebroo (Kon-Tiki), Mikkel Boe Følsgaard (ganador del Oso de Plata en Berlín a mejor actor por su interpretación en Un asunto real), junto a nombres británicos de primera fila interpretando algunos papeles clave como Sophie Cookson (conocida por su interpretación de Roxy en Kingsman), Emily Beecham (mejor actriz en Cannes por su trabajo en Little Joe) que interpreta a la reina Kristina, o Wilf Scolding (Rhaegar Targaryen en Juego de Tronos).

Sinopsis
En 1520, el infame rey danés Kristian II (Claes Bang), sediento de poder, está decidido a arrebatar la corona sueca a Sten Sture (Adam Pålsson), cueste lo que cueste. Entre tanto, las hermanas Freja (Alba August) y Anne (Sophie Cookson) prometen solemnemente vengarse de los hombres que asesinaron brutalmente a su familia. Todo llega a su punto álgido en el corazón de Estocolmo, donde las hermanas se ven arrastradas a una despiadada lucha política entre Suecia y Dinamarca que culmina en una ejecución masiva, presidida por el rey loco «Kristian el Tirano», conocida como el Baño de Sangre de Estocolmo.

Acción, actitud y humor negro se dan cita en esta historia, basada en un sorprendente número de hechos reales.

Mikael Håfström fue galardonado con el premio sueco Guldbagge por el guion de su película Leva livet, y saltó a la fama internacional con Evil (Ondskan), que fue nominada al Oscar a la mejor película extranjera. Ha dirigido películas como El acusado perfecto, 1408, Sin Control, El Rito, Plan de escape y A descubierto, y series como The Conductor y Bloodline

Sobre la película

Estocolmo 1520. El Rey Tirano se presenta como una audaz y peculiar reinterpretación de un momento crucial en la historia sueca: el llamado "Baño de sangre de Estocolmo". Bajo la dirección del sueco Mikael Håfström, un cineasta con una trayectoria más extensa y reconocida en el cine internacional, incluyendo títulos como "Evil", "1408" y "El Rito", la película se desmarca de la solemnidad histórica para ofrecernos una visión irreverente y cargada de humor negro sobre las intrigas políticas y la brutalidad de la época. La experiencia de Håfström en diversos géneros se percibe en la seguridad con la que aborda esta mezcla de drama histórico y comedia negra.

El elenco, encabezado por un convincente Claes Bang en el papel del despiadado rey Kristián II de Dinamarca, Noruega y Suecia, y la carismática Emily Beecham como la astuta Kristina Gyllenstierna, viuda del regente Sten Sture el Joven, sostiene con solidez el tono agridulce de la narración. Bang construye un monarca complejo, capaz de alternar entre la crueldad calculada y momentos de inseguridad casi patéticos, lo que potencia el humor negro inherente a muchas de sus acciones. Beecham, por su parte, dota a su personaje de una inteligencia y determinación que contrastan con la brutalidad del entorno, ofreciendo un contrapunto femenino fuerte en un mundo dominado por la ambición masculina. La química entre ambos actores, así como las interpretaciones de los personajes secundarios (nobles intrigantes, mercenarios despiadados y clérigos oportunistas), contribuyen significativamente al dinamismo de la película, donde las tensiones políticas se entrelazan con diálogos mordaces y situaciones grotescas.

Mención a parte merecen las heroínas de la cinta, Sophie Cookson y Alba AugustSophie Cookson interpreta a Anna Eriksson, una de las hermanas que busca venganza tras la masacre de su familia. Su personaje comienza como una joven a punto de casarse, cuya vida se ve brutalmente destrozada por los acontecimientos. A lo largo de la película, Cookson muestra una notable transformación. Inicialmente vulnerable y afligida, Anna evoluciona hacia una figura decidida y sedienta de justicia. Cookson logra transmitir de manera convincente este arco de personaje, mostrando tanto la fragilidad emocional inicial como la creciente determinación y ferocidad a medida que se adentra en su búsqueda de venganza. Su interpretación aporta una conexión emocional con el espectador, permitiendo sentir la magnitud de su pérdida y comprender su motivación para la violencia. Además, su interacción con Alba August como Freja genera una dinámica interesante de apoyo mutuo y contraste de personalidades.

Por su parte, Alba August encarna a Freja, la hermana adoptiva de Anna. Freja es presentada como una guerrera hábil y silenciosa, con una presencia física imponente y una destreza notable con el arco. August construye un personaje enigmático y fuerte, comunicando mucho a través de su lenguaje corporal y sus intensos ojos, dada la naturaleza inicialmente muda de su personaje. Su interpretación es crucial para el tono de acción y venganza de la película. Freja es la fuerza bruta y la habilidad marcial que complementa la determinación de Anna. August logra hacer creíble su capacidad como luchadora y protectora, aportando un elemento de "antiheroína" al relato. La relación entre Anna y Freja, tal como la interpretan Cookson y August, es uno de los pilares de la película, ofreciendo momentos de tensión, camaradería y un vínculo inquebrantable frente a la adversidad. Su química en pantalla es palpable y esencial para que la trama de venganza resuene.

Las interpretaciones de Sophie Cookson y Alba August son fundamentales para el dinamismo y el tono de "Estocolmo 1520". Cookson aporta la carga emocional y la evolución del personaje principal, mientras que August ofrece una presencia física impactante y una intensidad silenciosa. Ambas actrices contribuyen al juego de humor negro al contrastar sus roles de mujeres en busca de venganza con la brutalidad y la absurdidad de los personajes masculinos que las rodean. Su alianza en pantalla es convincente y proporciona un fuerte motor narrativo para la película.

Uno de los aspectos más distintivos de "Estocolmo 1520" es su propuesta visual, que fusiona la ambientación de época con un lenguaje cinematográfico contemporáneo. Se percibe una clara intención de evitar la rigidez del drama histórico convencional, acercándose en ciertos momentos a la estética de directores como Taika Waititi (por su mezcla de humor irreverente y contexto histórico, aunque con un tono quizás menos abiertamente cómico) o incluso a las producciones de Yorgos Lanthimos (por la incomodidad que genera en el espectador a través de la puesta en escena y la exploración de la naturaleza humana en situaciones extremas, aunque con un humor más sutil y oscuro). Esta mezcla se evidencia en la planificación de secuencias, el uso de la cámara y un montaje que no teme romper el ritmo para enfatizar un gag visual o una reacción inesperada. La película se atreve a presentar la historia con una perspectiva desencantada, donde la nobleza y la religión no escapan al ridículo y la violencia se muestra sin edulcorantes, pero con una distancia que permite la ironía.

La película fue rodada principalmente en Lituania, que ofreció paisajes y arquitecturas capaces de recrear la Estocolmo del siglo XVI. La dirección de fotografía corrió a cargo del experimentado Marius Markevicius, un profesional con una sólida trayectoria en producciones europeas. Su trabajo en "Estocolmo 1520" destaca por una paleta de colores que tiende a los tonos oscuros y terrosos, reforzando la atmósfera opresiva y sombría de la época. Sin embargo, Markevicius también juega con contrastes de luz para enfatizar momentos clave o para subrayar la crudeza de ciertas escenas. La composición de los planos a menudo busca la frontalidad y la simetría, lo que contribuye a ese distanciamiento estilístico y a potenciar el humor en algunas situaciones.

En cuanto al vestuario, diseñado por un equipo que logra un equilibrio entre la autenticidad histórica y una cierta estilización cinematográfica, juega un papel crucial en la construcción de los personajes y la atmósfera. Los ropajes suntuosos y oscuros de la nobleza contrastan con la vestimenta más austera del pueblo, y los detalles en los trajes ayudan a definir la personalidad y el estatus de cada individuo. El vestuario no solo sirve como un elemento de ambientación, sino que también contribuye al juego visual de la película, enfatizando la rigidez de las normas sociales de la época y, en ocasiones, sirviendo como un elemento más dentro de la puesta en escena con fines cómicos o irónicos.

Estocolmo 1520. El Rey Tirano es una propuesta cinematográfica arriesgada y estimulante. Su mezcla de rigor histórico (en los hechos fundamentales) con una sensibilidad moderna en su lenguaje visual y un humor negro incisivo la convierten en una experiencia cinematográfica que se aleja de los convencionalismos del cine histórico, ofreciendo una mirada ácida y entretenida sobre un episodio sangriento del pasado.

En definitiva, podríamos definir Estocolmo 1520. El Rey Tirano como una brillante sátira histórica con humor negro y pinceladas modernas.

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