El consagrado director argentino de películas como El viento se llevó lo que fue, ganadora de la Concha de Oro en San Sebastián o del éxito mundial de La Casa del lago (protagonizada por Keanu Reaves y Sandra Bullock), Alejandro Agresti, estrena en cines españoles su última película tras recibir Biznaga de honor por su trayectoria en la pasada edición del Festival de Málaga. La película la distribuye Syldavia Cinema.
Sinopsis: A la salida de un cine, un hombre y una mujer comienzan a hablar y siguen la conversación en un café cercano. Allí construirán un mundo de fantasía en el que se convertirán en quienes siempre quisieron ser (una escritora y un astronauta) y deciden quedar todos los jueves a la misma hora y en el mismo lugar. Poco a poco se enamoran... pero cuando sus vidas reales entran en juego, tendrán que luchar por proteger su relación.
Alejandro Agresti. Buenos Aires. Es director de cine, guionista, actor y escritor. Escribió y dirigió una veintena de largometrajes en Argentina, Europa y Hollywood. Ha ganado sendos premios Cóndor de Plata al mejor director y mejor guión por sus películas Buenos Aires viceversa (1996) y Valentín (2002). Además, El viento se llevó lo que fue galardonada en 1998 con la Concha de Oro a la mejor película en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián. En 2001 recibió el Diploma al Mérito de los Premios Konex como uno de los 5 mejores directores de cine de la década en Argentina. Años después, se expande a EEUU, donde realizó el exitoso film The Lake House. Alterna su trabajo tras la cámara con el de escritor y analista de guiones para productoras norteamericanas. Tiene publicadas 7 novelas.
Eleonora Wexler comenzó a actuar a los 8 años en la obra teatral Annie, a partir de allí se mantuvo en la profesión. En la adolescencia, trabajó como hija de Luisa Kuliok en la telenovela Venganza de mujer. Siguió participando en varios éxitos televisivos, También actuó en el teatro, en obras como La Tempestad, Hombre y Superhombre (dirigido por Norma Aleandro) y La hija del aire. Entre 2021 y 2025 ha participado en diferentes series, destacando en su papel en la serie española La valla. También en: Último día, La mente del poder, El mejor infarto de mi vida y en las películas Yo nena, yo princesa, Algo Incorrecto, Historias invisibles. En el año 2021 ganó el Konex de Platino como mejor actriz de televisión.
Filmografía de cine reciente:
- 2024 Lo que quisimos ser Dir. Alejandro Agresti
- 2024 Historias invisibles Dir. Guillermo Navarro
- 2022 Ariel: Back to Buenos Aires Dir. Alison Murray
- 2022 Algo incorrecto Dir. Susana Neri
- 2021 Yo nena, yo princesa Dir. Federico Palazzo. Nominada a los "Premios Platino" al Cine y Educación en Valores.
Gracias a nuestra amiga Violeta Medina de Varanasi Prensa y Comunicación hemos podido entrevistar a la actriz protagonista de la cinta, Eleonora Wexler. Éste es el resultado de la entrevista:
Carlos Penela.- ¿Cómo te preparaste para interpretar un papel de alguien que construye una versión ideal de sí misma y que se encuentra emocionalmente en una grieta entre lo que es y lo que lo que anhelaría ser?
ELEONORA WEXLER.- Bueno, en realidad estaba mucho puesto en el guion. Cuando leí guion había algo de Irene no tenía puntos de coincidencia conmigo. Me parecía que había algo que ya estaba escrito en el guion, respetando concretamente los momentos que ella iba viviendo con este hijo, con esa soledad, con ese dolor que sentía con la pérdida de su compañero; como si algo faltara, pero acostumbrada a esa vida. Todo eso me resultaba muy lejano a mí, y eso es lo más interesante para hacer y para abordar. Primero traté de ver mujeres que me hicieran recordar determinadas cosas, porque a veces no empieza la construcción desde afuera para adentro, sino desde adentro para afuera, con lo que vas sintiendo, cómo vas construyendo ese mundo. Todo empezó un poco más con imágenes que yo tenía, como un plus de imágenes de mujeres. Luego está el tema de la enfermedad, pero no lo tomé como "el punto de partida", porque Irene es una sobreviviente y le pone mucha fuerza a todo. Con Alejandro hablamos mucho, porque lo que él quería contar justamente era una mujer con esa soledad, pero una mujer que escribe y construye un sueño y que de repente lo que le pasa es que al encontrarse con esta otra persona de una manera inesperada, empieza a disparar toda esa imaginación y ese mundo interior que ella tiene. Ella le propone un juego, es como insólito. Todo ese mundo estaba dentro de ella a descubrir y yo creo que eso es lo que la mantiene viva, más allá del hijo, con el que tiene un vínculo maravilloso y que creo que también la llena de vida.
Carlos Penela.- Tu personaje echa raíces en una mentira compartida, pero una mentira que alivia. ¿Crees que fantasear con otra vida puede ser un acto de amor propio?
ELEONORA WEXLER.- ¿Un acto de amor propio? Interesante lo que dices... Bueno, creo que tiene que ver con tratar de vivir mejor, con encontrar puntos que nos hagan hacer la vida más soportable.
Carlos Penela.- Hay una melancolía muy dulce en la relación entre Irene y Yuri. ¿Cómo trabajaste junto a Luis Rubio esa química de complicidad, ternura, silencios compartidos?
ELEONORA WEXLER.- Luis y yo no nos conocíamos, nunca nos habíamos cruzado tampoco. Cuando los dos sabíamos que íbamos a hacer los personajes, tuvimos un par de videollamadas, de Zooms hablando de los personajes, de todo lo que teníamos que estudiar, que era un montón, y sobre que eso pareciera lo más natural posible. Tratamos de de no fijar absolutamente nada, simplemente la letra para tenerlo fijo. Luego, en el set, tratamos de no decir "mira, tu personaje es esto y mi personaje es esto", no, cada uno iba construyendo lo que creía. También hubo algo interesante que pasó en la película, y es que empezamos a rodar de manera cronológica, eso nos ayudó enormemente, porque nos fuimos conociendo con la historia, nos fuimos conociendo ahí y nos dejamos sorprender el uno al otro. Yo me encontré con un Luis, absolutamente permeable, todo el tiempo estamos mirándonos a los ojos y si en un momento desviamos la mirada es por algo. Luego está esa cosa que yo remarco mucho, que me parece tan interesante en el guion, que es "se dice algo y se piensa otra cosa o se siente otra cosa". Insisto, yo sentía a un Luis absolutamente permeable, sensible, y con una chispa también, más allá de su melancolía y su soledad, que también las percibía.
Carlos Penela.- Más allá de como compañera de escena, ¿hay algo de personaje de Luis que te haya conmovido especialmente como espectadora?
ELEONORA WEXLER.- Hay algo que sí me sorprendió, y es algo en lo que nos insistió Alejandro Agresti, que era el momento. No ensayamos las escenas, solamente nos vimos una vez y no hubo ningún ensayo. Sí ensayé con mi hijo, pero con Luis fue un encuentro y nada más. Fue en el set donde Alejandro nos decía en el oído a cada uno lo que él quería o lo que buscaba, si era que no dábamos con la tecla o Alejandro quería profundizar algo más. En el momento que yo estoy con el gorro y él me dice, "¿por qué no nos vamos a algún lado juntos?", y yo le digo "no podemos, Yuri", su mirada en ese momento fue increíble, sentí lo que estaba pasando y la imposibilidad de ir más allá, porque el pacto era ese, el encuentro, sin más.
Carlos Penela.- Pregunta obligada, ¿Cómo fue trabajar con con Alejandro Agresti y formar parte de su mundo?
ELEONORA WEXLER.- Entré en el mundo de Alejandro y ha sido increíble. Él respira con los actores, es lo que más le importa, los actores. Para él no importaba, otra cosa, él sufría por si la escena había estado buena desde el lado actoral, él respira con vos. Yo tenía una cámara para mi personaje, y yo sentía la respiración de Alejandro, sentía su emoción. Fue un sueño cumplido, lo superó, yo soñaba tenía muchas ganas de trabajar con él, y fue un encuentro mágico.
Carlos Penela.- La película se apoya en cafés, en bares donde uno se sienta a conversar con el otro, sin móviles de por medio. La magia de la espera sin poder llamar a la otra persona. ¿Crees que hemos perdido la calidad del contacto personal demasiado rápido?
ELEONORA WEXLER.- Claro que sí, por supuesto, somos presos del celular. Yo tengo el recuerdo, y seguramente vos también, vos sos seguramente más joven que yo, pero el recuerdo de estar esperando un llamado telefónico en casa de mis padres, yo esperaba el llamado telefónico de lo que fuera. Había una escena donde estaba un celular y Alejandro decidió quitar la quitar el celular, como que no existiera, que no hubiera ningún tipo de comunicación que no fuesen esas charlas. Me parece muy interesante y me parece que eso hace que el clima de la película sea completamente diferente.
Carlos Penela.- Eleonora, en tu carrera has interpretado personajes muy diversos. Tu registro se polariza entre el extremo oscuro de antagonistas memorables y la profundidad emocional de protagonistas con cargas sociales, morales o sentimentales muy fuerte. ¿Qué tiene Irene que se quede contigo de manera distinta?
ELEONORA WEXLER.- Su mundo interior, sin duda. Hay algo de ese mundo que necesitaba un disparador para poder ser ella en ese momento de su vida. Ahí algo que le dio la fortaleza y se volvió a sentir viva. Eso me queda de Irene, su fortaleza, su mundo interior.
Carlos Penela.- Si pudieras inventarte un alter ego, como hacen Irene y Yuri, para reunirte cada jueves y jugar a ser otra persona, ¿Quién serías?
ELEONORA WEXLER.- Ay, ay, ay, buena pregunta... ¡Mandela! Es lo primero que se me vino a la cabeza, tengo tantas personas en realidad.
Carlos Penela.- ¿Y una mujer?
ELEONORA WEXLER.- Madame Curie, digo lo primero que me sale. Me gustan esas cabezas que no entiendo cómo piensan, que no entiendo cómo han creado lo que han creado.
Carlos Penela.- ¿En qué película clásica te quedarías a vivir y por qué?
ELEONORA WEXLER.- "Casablanca", me gusta mucho, me quedaría ahí. Hay otras también: "La malvada", con Bette Davis, "My Fair Lady" o "¿Qué pasó con Baby Jane?"
Carlos Penela.- Para finalizar, ¿Qué has aprendido y con qué te quedas de haber hecho Lo que quisimos ser?
ELEONORA WEXLER.- Siempre aprendo de cada trabajo que hago. Acá hubo una profundidad especial, los textos eran complejos, tan intelectuales, jugando con las palabras, tenías que ser en el momento, en el aquí y ahora. Tenías que tenerlo todo muy incorporado, pero también como que sorprendiera al otro, sorprenderlo de verdad. Me quedo con el tema de la escucha y con estar muy presente sin estar pensando en ninguna otra cosa que lo que sucede en ese momento.
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