Sinopsis e introducción
Cada plano parece sacado de una portada de cómic de los años dorados de Marvel, pero con un giro contemporáneo: hay mimo en los decorados, elegancia en los trajes y un uso narrativo de la luz y la arquitectura que, personalmente, no veía en el cine de superhéroes desde Black Panther.
La gran sorpresa y, quizás, el alma de esta película, es la química innegable entre los actores que encarnan a la familia fantástica. Pedro Pascal aporta una humanidad cálida y melancólica a Reed Richards, el líder científico con vocación paterna. Vanessa Kirby encarna a Sue Storm con inteligencia emocional y fuerza silenciosa, equilibrando fragilidad y determinación. Ebon Moss-Bachrach, como Ben Grimm, emociona sin esfuerzo: su Cosa es la más humana que hemos visto en pantalla. Joseph Quinn, como Johnny Storm, ofrece un torbellino de carisma y humor que revitaliza al personaje.
Juntos, forman un cuarteto que funciona como familia desde el primer acto. Sus intercambios no son meramente cómicos ni funcionales: hay historia, roce y cariño entre ellos. Se sienten como personas, no como arquetipos.
Los Cuatro Fantásticos: Primeros pasos va más allá del enfrentamiento clásico contra Galactus. La película se centra en temas como la responsabilidad colectiva, la familia como elección y la ciencia como motor de esperanza y destrucción. La presencia del Devorador de Mundos (Galactus, interpretado con voz y presencia inquietantes por Ralph Ineson) y su heraldo, Silver Surfer (Julia Garner, magnética), añade una carga filosófica que eleva el relato. Cabe destacar también esa visibilidad que se da a la dualidad de las personas, podrás hacer cien cosas bien, que a la mínima que hagas algo diferente a lo que tengas acostumbrado a los demás, serás objeto de críticas, insultos y ensañamientos. Muy acertada esa visión en la película, más en los tiempos actuales de tanta polarizacióno. que estamos viviendo.
Destacar también la banda sonora compuesta por Michael Giacchino, que rinde homenaje a los scores espaciales de los 60, con cuerdas envolventes y trompetas que evocan a John Barry, sin renunciar a la épica orquestal moderna. Con Los Cuatro Fantásticos: Primeros pasos, Michael Giacchino demuestra una vez más por qué es uno de los compositores más versátiles y narrativos del cine actual. Su partitura se convierte en un personaje más: una sinfonía retrofuturista que entrelaza el asombro científico con la emoción humana. El tema principal de la familia tiene un aire clásico, con metales brillantes y cuerdas envolventes, pero al mismo tiempo introduce guiños melódicos que remiten a la música espacial de los años 60, reforzando la estética de la película. Giacchino también aporta tensión y dramatismo en los momentos oscuros, especialmente con el motivo de Galactus, imponente y grave, como una amenaza cósmica. Sin caer en lo grandilocuente, logra un equilibrio perfecto entre la épica y la intimidad, entre lo heroico y lo doméstico. Una banda sonora que no solo acompaña, sino que cuenta, matiza y emociona.Tras los intentos fallidos de 2005 y 2015, esta película no se obsesiona con ser “moderna” ni con distanciarse del material original. Shakman y el guion de Josh Friedman comprenden que el encanto de los Cuatro Fantásticos está en su humanidad, no solo en sus poderes.
Donde las anteriores adaptaciones apostaban por el artificio, la acción sin alma o el drama forzado, esta versión fluye con elegancia, humor y calidez. No hay necesidad de “oscurecer” los orígenes: aquí la ciencia y la familia conviven en armonía.
Los 4 Fantásticos: Primeros Pasos no es solo una nueva película de superhéroes: es un ejercicio de estilo, una reconciliación con el legado Marvel y una promesa de futuro. Los Cuatro Fantásticos: Primeros pasos emociona, divierte y nos recuerda por qué este cuarteto cambió el cómic y, ahora, puede cambiar el cine de superhéroes.
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