domingo, 14 de mayo de 2023

ENTREVISTA A MARÍA DE MEDEIROS, DIRECTORA DE "NUESTROS HIJOS"

La actriz, directora y cantante portuguesa María de Medeiros vuelve a la dirección con Nuestros hijos, después de 19 años sin dirigir. Una historia de fuertes personajes femeninos y vidas que se entrecruzan.

Nuestros Hijos ganó el Mejor Guión en Milán International Lesbian and Gay Festival, paso por el Festival Cine por Mujeres Madrid el pasado año y también ha sido seleccionada entre otros en Toronto, Coïmbra, Chicago, La Habana y Mostra de Valencia.

Sinopsis: Eva y Eva sueñan con tener un hijo en el paraíso, mientras un niño seropositivo lee a Moby Dick en el fondo de una piscina vacía. Eva es Tânia, una joven que estudia para aprobar un examen público y convertirse en jueza. La otra Eva es Vanessa, una ejecutiva que trabaja en una gran agencia de publicidad. Vera es una madre abnegada, divorciada después de tres matrimonios y que vive en una familia numerosa que incluye a sus hijos e hijastros. Intrépida y experimentada, ha empuñado las armas para luchar contra la dictadura y ha vivido en varias partes del mundo. Todas descubren la belleza de formar parte de una familia contemporánea.

Este jueves nos volvimos a reunir Carlos Garries, para Butaca 107, y un servidor, para Latidos por el Cine, para entrevistar a María de Medeiros. Este es el resultado de la entrevista:

Carlos Penela.- ¿Cómo surge Nuestros hijos?

MARÍA DE MEDEIROS.- Nuestros hijos surge como una obra de teatro que recibí de Brasil de Paula Castro, a quien no conocía, una joven escritora y actriz. Descubro este texto que me pareció muy interesante sobre cosas que yo ignoraba totalmente, por ejemplo lo que es el proceso de tener hijos en una pareja gay (que es complicadísimo a todos los niveles: administrativo, médico, de sociedad, familiar, etc.) o el diálogo entre las generaciones, que me pareció muy interesante. Es algo que respondía casi directamente a un documental que yo había hecho antes que ya trataba sobre madre e hija, madre que tuvo que huir de la dictadura militar en Brasil, huyó a Italia depués de mil peripecias extremadamente violentas, y cómo de alguna forma el dolor de todo eso, que la madre consiguió sobrepasar con su fuerza y con su experiencia, de alguna forma se transfirió a la hija, y la hija ya no tenía las armas para hacer frente a esa situación. Todo es a nivel de ideas, ya nada pasa por una experiencia. De alguna forma ese trauma de la madre, la hija no sabía como lidiar con él. Entonces, es una temática que de repente la encuentro aquí también, y por eso al hacer la obra durante tres años en Brasil, rápidamente le propuse a Laura desarrollar esto (porque la obra es "solo" un largo diálogo durante madre e hija durante una noche). Dije "vamos a ver todos los personajes de quienes se habla en la obra, vamos a situarlos en esta ciudad tan increíble que es Río de Janeiro". Paula Castro fue muy valiente ya que 
inmediatamente estuvo de acuerdo.

Carlos Garries.- Lo que está muy bien de tu película es que son diferentes temas que vamos recorriendo durante toda la película: las parejas homosexuales, los niños seropositivos, la adopción, la reproducción asistida - que ese es un tema que ahora estamos viendo en diferentes películas, pero no se estaba viendo hasta ahora - , el conflicto entre generaciones, que no es más que la pregunta de cómo transmitir nuestros valores a nuestros hijos. Tu película es muy bonita porque trata todos esos temas. ¿Desde dónde partistes para luego ir encajando todos esos temas?

MARÍA DE MEDEIROS.- La idea es que somos herederos de algo y que transmitimos eso. Hay cosas que queremos mucho, transmitir es un acto de amor. En ese sentido hay cosas que queremos transmitir, otras que queremos ahorrar a nuestros hijos pero que sin embargo se transmiten más o menos conscientemente, quedan nudos de incomprensión y de incomunicación. De alguna forma ese es el conflicto. Quizás en esas ruputuras de comunicación puede entrar algo muy terrible, como por ejemplo la llegada de Bolsonaro. Lo que pasó es que hubo toda una generación que ha disfrutado de los privilegios de una democracia en Brasil. De repente había un crecimiento muy grande, mucha libertad y esa generación se hizo medio neoliberal, y no quiso mucho saber cual fue la lucha de los padres para llegar a eso. Creo que en esa brecha pudo entrar esta locura de retroceso que se vivió. En la película hay un conflicto personal, privado entre generaciones, pero que de alguna manera refleja toda una situación política de Brasil que, dicho sea de paso, nos puede ocurrir a todos.     

Carlos Penela.- Relacionado con lo que comentaba, la película trata por un lado temas muy vinculados con nuestro país, como por ejemplo el tema de la memoria histórica, y por otro lado trata temas universales, por ejemplo el cómo nos enfrentamos a nuestros miedos o la adaptación a los cambios sociales. En este sentido, ¿cuál cree  que es el mayor mal endémico de la sociedad actual?

MARÍA DE MEDEIROS.- Son varios, pero déjame decirte antes que estoy muy feliz de que Nuestros hijos se estrene en España, porque creo que en este país, especialmente, se puede entender más la película, y que los espectadores tienen todas las llaves para descifrar lo que se cuenta, en relación a la memoria histórica, y también en relación a una sociedad muy moderna y muy valiente que afronta los problemas. Yo admiro mucho a España porque encuentro que es una sociedad que afronta sus problemas, que los dice, para mi es especialmente bonito estrenarla aquí. Volviendo a tu pregunta, creo que el mal que más me asusta hoy en día, es el hecho que se dejaron de leer las cosas, la falta de capacidad para interpretar los hechos. Hoy en día las cosas se dan ya como mensajes empaquetados, o blanco o negro. Sin embargo, todo está sujeto a interpretación, a lectura como yo digo, además leer en ese sentido es un gran placer de la vida. Las cosas se tienen que pensar, reflexionar, confrontar, no sirve aceptar algo de forma literal o deshecharlo de forma literal. La literalidad siempre es una cosa que limita, que reduce mucho. Yo veo eso como un verdadero problema, el que se pierda el gusto por la lectura, no solo de los libros, sino de la realidad entera. 

Carlos Garries.- Junto a Edgar Moura, hacen un retrato de Río de Janeiro precioso, que hace que la ciudad sea un personaje más de la historia. Además se ve un Río de Janeiro de una forma diferente a la estamos acostumbrados a ver en pantalla. Me gusta que Río de Janeiro sea un personaje más.

MARÍA DE MEDEIROS.- Es que es así, Río de Janeiro un personaje más sin duda. Yo pensé, voy a aprovechar esta oportunidad para intentar enseñar Río de Janeiro como yo lo veo. Es verdad que no muchas veces se ve de esta manera, salir de los hoteles de las playas, y salir de las fabelas como simplemente lugar de confrontación entre bandidos. Lo que pasa en realidad es que mucha gente con bajos salarios, mucha gente de la baja burguesía está viviendo en las fabelas, porque Río está extremadamente caro. Son lugares de vida donde pasan millones de cosas bellas también, y donde hay mucha proximidad entre la gente. Por otro lado, encontré que cinematográficamente es muy interesante que la ciudad te fuerza a la verticalidad. Cuando estás en los barrios ricos al lado de la playa puedes hablar así, cara a cara, en horizontal, sin embargo en las montañas siempre hay uno que mira arriba y otro que mira abajo, y una de las referencias que tuve para la película fue Jacques Tati, porque me pareció que esos desniveles creaban unas situaciones muy hermosas y muy divertidas, con todo ese verde lujoso de la naturaleza. Pensé que es muy interesante que en el fondo la geografía de la ciudad es una imagen del desnivel social que está ahí por todas partes. 

Carlos Penela.- En las películas donde hay varios tipos de personajes, donde al principio de la película el espectador/a no sabe muy bien hacia dónde van a ir y si van a acabar interactuando entre sí, muchas veces cuando llega ese punto de unión entre personajes e historias hay algunos personajes o situaciones que entran como con calzador en la película. Sin embargo, en Nuestros hijos, una de las grandes virtudes de la película es que todo fluye de una manera muy natural. Eso solo es posible con un guión redondo, ¿cómo trabajaron ese aspecto?

MARÍA DE MEDEIROS.- Muchas gracias por lo que dices. Por un lado hay todo el trabajo de teatro, que es el lenguaje de la obra, yo nunca escribí teatro. Luego, está el pasar ese lenguaje a lenguaje cinematográfico, de guión, y ahí sí intervine yo más, pero la verdad es que se hizo todo en una gran confianza mutua. El hecho de haber actuado ese papel en el teatro y que hablamos de forma muy fluida ha contribuido muchísimo. Todo lo que se añadió respecto a la obra de teatro, tiene que ver más por ejemplo con los fantasmas del pasado (por ejemplo las imágenes de las cucarachas o del cocodrilo es lenguaje puramente cinematográfico). Todo lo que son testimonios de las torturas, eso es trabajo histórico, no hay nada ficcionado. Luego está la cuestión de los desaparecidos, que no estaba explícito en la obra de teatro, y realmente todas las personas a las que consulté que hablaron sobre este tema y pasaron por eso, me dijeron que quizás es el dolor más grande que sintieron, porque vives con una presencia - ausencia que es una ficción, que vas proyectando cada día y que es extremadamente doloroso el momento donde tienes que ser tú quien ponga un término a eso, ya que de alguna manera matas y acabas con esa presencia.

Carlos Garries.- En Capitanes de abril ya trataste el tema de la revolución, ¿cuándo piensas que realmente acabaron estas revoluciones que hubieron en sudamerica, incluso en Portugal, en qué momento piensas que todo aquello se acabó y llegamos a neoliberalismo que tenemos ahora? Porque las generaciones anteriores no entienden cómo es posible que sus hijos sean más conservadores que ellos, cuando ellos han estado luchando por la libertad de todos ellos. ¿Cuando piensa usted que hubo esa ruptura?

MARÍA DE MEDEIROS.- No sé bien cuándo se rompió pero siento que el lado de la desinformación está mucho más organizado que el lado de la civilización. También pienso que la libertad y la democracia es un jardín que se tiene que cultivar. Yo estoy especialmente orgullosa de mi país, Portugal, porque Portugal sigue de alguna forma con los valores de la Revolución, y todavía contiene bastante esos "valores" de barbaridad que están volviendo. No sé si hay un punto de ruptura, pero es cierto que de alguna forma la generación de Vera en la película es una generación que pensaba a nivel colectivo, y hoy en día hay gente a la que le horroriza pensar en lo colectivo, tienen una especie de obsesión con el individualismo, que en el fondo se integra con un colectivo, pero un colectivo de barbarie. Piensas que eres muy individual pero de hecho estás obedeciendo a una ola de barbarie. 

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