Filmin ha estrenado este pasado viernes 15 de noviembre la película La espera, tercer largometraje del director andaluz F. Javier Gutiérrez (Tres días). La película ha tardado más de lo esperado en llegar a plataformas digitales en nuestro país y lo hace casi un año después de su estreno en cines de la mano de Maravillas Distribuciones Cinematográficas. En todo este tiempo, La espera ha llamado la atención de Estados Unidos, donde se ha estrenado en cines y también en plataformas, con un notable éxito. Actores como Vincent D'Onofrio, que trabajó con Gutiérrez en Rings, su debut en Hollywood, han apoyado públicamente el film, que cuenta con un 89% de valoraciones positivas en Rotten Tomatoes, y la Academia de Hollywood ha incluido su guion en la colección esencial de su biblioteca.
Protagonizada por Víctor Clavijo, la película relata el via crucis de Eladio, guarda de una finca, tras aceptar un soborno por parte de un cazador. Su descenso a los infiernos pondrá a prueba su propia estabilidad mental. La espera acumula 26 premios nacionales e internacionales, entre los que destacan tres Premios Carmen del cine andaluz, los premios al Mejor Director y la Mejor Fotografía en el FilmQuest de Utah (Estados Unidos) o el Premio al Mejor Actor que ganó Víctor Clavijo en Fantaspoa, el Festival Internacional de Cinema Fantástico de Porto Alegre.
La espera es una película que se ha rodado sin subvenciones públicas, tal y como afirma en un rótulo al principio del metraje. "Después de Rings sentí la necesidad de volver a España, a Andalucía, mi tierra, y rodar algo más íntimo, más personal", afirma Gutiérrez. El director considera que "hay un complejo en España a la hora de afrontar una película que toque el cine de género", lo que obliga a muchos cineastas a probar fortuna fuera de nuestras fronteras para mostrar su valía.
Víctor Clavijo tuvo que perder 8 kilos para contar la degradación física y mental de su personaje, y hacer un ingente trabajo para transformar su reconocible timbre de voz, pues para el director era evidente que Eladio no podía hablar como el actor. "Para mí no era un ejercicio sencillamente de imitación: quería que fuese algo realista y orgánico de verdad", recuerda Clavijo, quien afirma que el de La espera ha sido uno de sus trabajos más exigentes "en lo físico por la pérdida de peso y por el agotamiento durante el rodaje, y en lo emocional por poder sacar las tripas y poner tu corazón y ponerlo ahí, delante de la pantalla".
"Como ya hiciera en Tres días, detrás de la historia trato de ahondar en las emociones, explorando una vez más la complejidad, oscuridad, belleza y fragilidad de la naturaleza humana", explica Gutiérrez: "Todo ello disfrazado de un folk horror brutal, sin concesiones, descarnado, con alma de western". Junto a Clavijo, en el reparto, intérpretes como Ruth Díaz (Tarde para la ira), Pedro Casablanc (B.), o Luis Callejo (La casa), entre otros.
Nació en Córdoba en 1973. En 2002 ganó el premio al Mejor Cortometraje del Festival de Sitges con Brasil. Debutó en el largo con 3 días (2008), Mejor Película en el Festival de Málaga y ganadora del Goya al Mejor Sonido. Llamó la atención de Hollywood, donde dirigió la tercera entrega de la saga The Ring (Rings, 2017).
Recuperamos la entrevista que gracias a nuestrxs amigxs de MADAVENUE pudimos hacer en el Festival de Sitges 2023 al director de la cinta, Francisco Javier Gutierrez, y a los actores Víctor Clavijo, Ruth Díaz y Manuel Morón (Ruth y Manuel tuvieron muy poco tiempo, y solo les pudimos hacer una pregunta). Éste es el resultado de la entrevista:
Carlos Penela.- ¿Cómo surge la película y cuáles han sido tus referentes estéticos para crearla?
F. JAVIER GUTIÉRREZ.- La película surge un poco como reacción después de trabajar en "Rings", para cambiar, quería hacer algo muy de aquí. Me involucré mucho en una tele que tenía una estética muy americana, muy universitaria americana, y echaba de menos algo de este universo. Entonces me dediqué un tiempo a escribir y hacer algo que fuera más del tipo de lo que hice con "3 días". A mí hay algo que me gusta mucho, que es hacer películas muy nuestras, muy locales, muy españolas, pero que tienen a la vez un elemento fantástico, sin complejos. Intentar hacer algo que se sale un poco de lo habitual dentro de nuestro género. Entonces la referencia que tenía yo no era nada concreto, sino volver a esas películas que yo veía en la infancia, a primeros de los 80, en programas como "La clave", donde había películas bastante densas donde luego había un coloquio. Yo no sé si fue ahí donde vi "La semilla del diablo", y la verdad es que me traumatizó. Después de la película había una charla entre todos los invitados, en ese caso hablaron de Lucifer y de brujería. Eran películas que tenían un tratamiento estético, un poso lento, te iban calando y tenían una cierta densidad. Quería volver un poco a ese cine, quería hacer una película más cocinada a la antigua, a fuego lento y con esos valores de ese cine.
Carlos Penela.- Víctor, viendo la película me preguntaba, ¿cómo se prepara uno un papel así? Es un papel muy interior, de mucha contención, pero a la vez que transmites mucho con los silencios, las miradas, los gestos...
VÍCTOR CLAVIJO.- Bueno, lo primero para mí fue cuando Javi me pidió un abordaje, por así decirlo, desde lo físico. El personaje estaba muy alejado de mí, tanto en manera de andar, como en aspecto físico. Javier me pidió que adelgazase más para la película, unos 7 kg aproximadamente, que modificara mi manera de hablar, mi tono de voz. Eso fue un poco lo primero, hasta que encontré más o menos a Eladio, con algunas referencias también que tenía Javier, gente que él había conocido y gente que había conocido también yo. Fuimos encontrando esta manera física, ese aspecto físico del personaje, de hablar, de respirar, etc. Obviamente, sabíamos que era un tipo que callaba más que hablaba, por supuesto. Lo siguiente fue encontrar el mundo interior y la psicología del personaje. Quizá fue lo que me costó un pelín más, encontrar qué es lo que motivaba o cómo veía el mundo este hombre. Javier tenía clarísimo el personaje, cuál tenía que ser el resultado final, muchas veces me decía, sobre todo los primeros días, "estoy viendo a Víctor a pesar del aspecto físico". Hasta que encontré una clave que me situó en el lugar que quería Javi para interpretar a este personaje, a partir de ahí fue mucho más sencillo, fue mucho más fácil, pero evidentemente todavía estaba toda la parte del recorrido emocional que tiene que ver con el proceso de dolor que sufre el personaje y de culpa. Empujar sobre esa parte emocional era el siguiente paso, y eso era más complicado, lo primero son ajustes físicos, pero lo segundo ya requiere de un trabajo mucho más comprometido y más emocional.
Carlos Penela.- ¿Y qué es lo que más te sorprendió de la historia?
VÍCTOR CLAVIJO.- El guión me sorprendió muchísimo, me encantó cómo estaba escrito, ya al margen de la trama, me encantó cómo estaba escrito porque uno podía ver visualmente la película conforme lo leía, y esto no pasa muy en muchos guiones. Uno lee el guión y va viendo el recorrido de alguna manera de la historia, el recorrido narrativo, qué es lo que está ocurriendo, qué le ocurre a los personajes, pero con este guión veías visualmente la historia, es un guión muy sensorial y eso me cautivó porque desde un principio te metías en esa atmósfera. Luego, por supuesto, me cautivó y me encantó el final, era una sorpresa. En absoluto lo anticipaba cuando lo leí en una primera lectura. Y en tercer lugar, me encantó cómo estaba dibujado muy sutilmente el proceso interior de culpa del personaje, los elementos que empezaba a descubrir en segundas y terceras lecturas, porque no los ves a la primera, las capas que vas descubriendo, los elementos bíblicos que están jugando ahí de fondo también en la película. Me gusta la atmósfera que se respiraba ya en el guión y que luego está claramente en la película. Y sobre todo me encantó el personaje, porque me parecía un reto que cuando lo leí dije "wow, a ver si puedo hacer esto".
Carlos Penela.- Ruth, Manuel, ¿podéis hablarme de vuestros personajes y de cómo llegáis a la película?
RUTH DÍAZ.- Mi personaje es Marcia, la mujer de Eladio, quien en un principio le dijo que vivirían en ese lugar como algo circunstancial, al final se convierte como en una vida entera y no parece que esto vaya a cambiar. Ella vive allí en un estado de presión latente, la única opción que ve posible para escapar de este lugar es su hijo, al que quiere, adora y ama profundamente, pero que además tiene ciertas ambiciones, como podría haber tenido ella, dice que quiere ser veterinario, aunque ve que Eladio cada vez lo está metiendo más en su mundo y que, posiblemente, al final la cabe como su padre. Entonces es una mujer que vive en soledad, la mujer de aquella época no es como ahora, que vas y vienes con facilidad. si vivías en un pueblo más grande tenías algo de relación social con el resto de mujeres, pero si no no, como en la película. El marido tiene más movimiento, tiene más formas de entretenimiento, tiene su moto, ella no conduce, vamos, que está en un sitio perdido del mundo y se siente sola. Hay un momento dado en que se les ofrece la posibilidad de que entre un dinero extra, que es a través de un soborno de uno de los cazadores para una montería, para poner un puesto más. Es ella un poco la que finalmente convence a su marido porque su marido se siente en deuda con ella. Esto les va a llevar a una tragedia infinita.. Respecto a cómo llegó al proyecto, en un principio me llama Antonio Pérez, el productor, me habla de la película y me pasa el guión. Me parece un guión fantástico, había mucho de Saura en ese guión, cosas que me atraían mucho. Luego había cositas que me espantaban más, como las cosas sobrenaturales. Me interesó mucho, y luego cuando quedé con Francisco Javier y me estuvo contando me apeteció mucho la idea. Es cierto que yo hice una prueba con Víctor Clavijo, nos grabamos nosotros mismos con mi móvil y le mandamos la grabación a F.Javier, quien enseguida nos dijo que le encantaba. En ese sentido ha sido muy fácil el trabajo, había mucha seguridad en que gustábamos y trabajar desde esa confianza es muy importante.
MANUEL MORÓN.- Mi personaje es Don Carlos, es el que introduce el conflicto. Es uno de los señoritos del pueblo, también cacique, pero que está al servicio del cacique mayor. Es el encargado en toda esa zona rural de organizar las monterías. Entonces propone un soborno al guarda de esa finca donde se va a realizar, y a partir de ahí se desencadena toda la tragedia del personaje. No se conoce nada de su vida, está específicamente para ese momento, luego transcurren más acontecimientos que no os cuento para no hacer spoilers. Respecto a cómo llego al proyecto, al principio lo cojo con un poco de indiferencia porque no soy muy amante del cine de fantástico, de género, salvo excepciones, obras maestras y buen cine que se ha hecho, pero no es lo habitual en mí. Cuando me entero que es F. Javier quien lo va a dirigir, entonces ya me interesó más, porque vi que no era solamente género lo que iba a haber. Entonces, leí el guión y me interesó muchísimo. Me interesó porque ahí había algo mucho más profundo, muchas capas que como personaje podía desarrollar, así que me metí de cabeza, dije que sí sin consultar. Yo sabía que la producción iba a ser difícil, no había dinero para un tema así, pero son esos proyectos que permiten hacer tu trabajo de otra manera, no solo es decir un texto y poner tu cara.
Carlos Penela.- F.Javier, es un sello personal tuyo la utilización de un primer, primerísimo plano, ¿nos puedes explicar este elemento narrativo?
F. JAVIER GUTIÉRREZ.- No es algo que haga de manera consciente, es algo que cuando planifico la película, dibujo todo y tal, lo uso. Soy muy obsesivo con un detalle y de hecho pierdo bastante tiempo con los pequeños bodegones que salen en la película, los objetos, el azucarillo que sale al punto de ver los granos como van ennegreciéndose, todo ese tipo de cosas me atrae y es una manera de contar la historia que tengo también. Eso se refleja no solamente en la elección de objetos de la película (soy muy particular en ese sentido, incluso en preproducción voy a comprar cosas y objetos determinados que van a verse en la película), sino también en el propio físico de los actores, porque como voy a entrar dentro de esos ojos, dentro de esa cara, tienen que tener unos rasgos que le vayan a la película y que entren en una cierta armonía con todo. Supongo que eso es lo que, respondiendo a lo tuyo, hilvana un poco mi gusto por el detalle.
Carlos Penela.- Vuelves a rodar en España después de haber hecho "Rings", ¿es una decisión consciente el hecho de volver a rodar aquí?
F. JAVIER GUTIÉRREZ.- Lo pensé mucho, lo pensé bastante. Es un movimiento arriesgado para la carrera americana, porque estas idas y venidas ponen muy nervioso allí. Pero como un buen amigo me dijo, tienes que hacer una para ti y otra para ellos, una para tu alma y otra para ellos, porque si no te pierdes. "Rings" está muy bien, tuve una experiencia muy interesante trabajando en el estudio con un espectro grande, pero son películas que no puedes llegar más allá de algo visual que puedes aportar, porque a nivel de guión y a nivel de estructura te dejan jugar lo mínimo. Tienes que entrar dentro del esquema de lo que ellos quieren, su concepto especialmente, porque al tratarse de una franquicia no puedes llegar y revolucionarlo todo. A mi me encanta revolucionar, pero tienes que seguir ciertos patrones. Fue esa necesidad de volver a hacer algo más mío, más personal, lo que me llevó a hacer "La espera", a escaparme. Ahora me voy a tomar un tiempo para ver lo que quiero hacer.
Carlos Penela.- En la vida real, ¿a qué le teméis?
F. JAVIER GUTIÉRREZ.- A no hacer cine por ejemplo (risas). A nivel de proyectos, por ejemplo, soy bastante atrevido, a riesgo de equivocarme alguna vez, pero me suelo meter en proyectos complejos. "Rings" era un proyecto muy complejo, había muchos cocineros en la cocina, no era una decisión fácil meterte ahí, te expones a no poder hacer lo que quieres y a tener un resultado de otra manera. Pero yo asumo riesgos porque creo que es divertido también. Si haces cine convencional está muy bien, y a lo mejor es una vía más cómoda y más fácil, en vez de tres películas tendría siete. Pero yo creo que merece la pena, aunque sean menos películas, porque eliges otro tipo de cine, rompes algún molde, siendo muy consciente que no a todo el mundo le puede interesar. Igual que en "3 días", en su momento hubo gente que la rechazó, luego creció, porque es una película muy peculiar. Yo creo que hay que fomentar ese tipo de cine, es verdad que los productores o las plataformas muchas veces no lo ven, les parece arriesgado. De hecho esta película la hemos hecho totalmente independiente, con lo cual hemos tenido máxima libertad, para bien o para mal, todo lo que hay es mi culpa. Creo que como directores son riesgos que tenemos que asumir para crecer, para no acomodarte, sobre todo en estos tiempos que hay demasiada película políticamente correcta.
VÍCTOR CLAVIJO.- Yo a los fantasmas de uno. Son peores que los fantasmas. El terror muchas veces está en uno mismo. A eso le temo, a los fantasmas de uno, que no le dejen a uno ser feliz, que es fácil que ocurra.
Carlos.- Víctor, ¿cómo te sientes aquí en el festival de Sitges?
VÍCTOR CLAVIJO.- Muy bien, primera vez, no me está dando tiempo casi ni aterrizar. Llegué anoche, muy tarde, estaba todo apagado, con lo cual no he podido ver Sitges todavía. Y hoy estamos toda la mañana con entrevistas, así que tendré que esperar (risas). Estoy muy emocionado, para mí es la primera vez en el festival, es un festival de referencia, un evento cinematográfico de los más importantes que hay al año en este país, y era para mi una asignatura pendiente. Nunca tuve la ocasión de venir con nada y por primera vez vengo con una película. Estoy muy emocionado de estar aquí, ya puedo decir "he estado en Sitges", hasta ahora no podía decirlo.
Carlos Penela.- ¿Qué habéis aprendido y con qué os quedáis de haber hecho La espera?
F. JAVIER GUTIÉRREZ.- He aprendido la complejidad de volver a España para rodar una película de cine fantástico, que no es nada fácil, aún viniendo de un estudio. La financiación ha sido muy difícil, más difícil incluso que con "3 días", y eso que era mi tercera película. Ha sido un trabajo muy duro pero a la vez gratificante, el desafío a mí me motiva. Me quedo con el reencuentro, ha sido un reencuentro muy bonito. Quería hacer algo especial y quería contar con Víctor en la película para el protagonista, quería contar con Miguel Ángel Mora, director de fotos, mi queridísimo amigo, que lo conozco desde la época de cortometrajes, y quería contar el máximo equipo posible de "3 días". Gracias a "3 días" están todos ya bastante bien y están muy ocupados, no pude contar con muchos de ellos, pero intenté hacer una película-reunión. Me quedo con ese cariño del cine independiente, pese a todos los obstáculos.
VÍCTOR CLAVIJO.- ¡He aprendido tanto de cine viendo dirigir a Javi! Obviamente, en la primera película que hicimos juntos también lo ví dirigir, por supuesto, pero yo estaba muy centrado en la parte que me correspondía a mí. Pero aquí he compartido con él muchísimo, desde la preproducción, el rodaje y también la postproducción. Creo que he aprendido muchísimo de cómo enfocar una película, de cómo se arma una película y de cómo se dirige una película. Sobre todo he aprendido de la mirada de Javi. Para mí hay algo en Javi, y en "La espera" está, que es un gusto, hay algo muy cinematográfico en el sentido clásico de la palabra, algo que se ha perdido mucho hoy en día en algunas películas, que de alguna manera le da menos valor a lo cinematográfico y se lo dan más pues al ritmo, a otra serie de cosas, a la trama. Pero aquí, de alguna manera, volver a recuperar el sabor y el gusto por un buen plano, porque respire un plano, porque haya intención y mirada en los planos, porque todo tenga una coherencia cromática, estética, que de alguna manera asuma una emoción más también. He aprendido muchísimo del cine con este rodaje, viendo dirigir a Javi, estando mano a mano con él y estando con el ser.
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