Eloy de la Iglesia, adicto al cine, dirigido por Gaizka Urresti y producido por Altube Filmeak y Allmura Films, tiene su estreno mundial este miércoles 24 de septiembre dentro de la sección Zinemira del 73 Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde competirá por el Premio Irizar al Cine Vasco.
Considerado una de las voces más relevantes del cine español de la Transición, Eloy de la Iglesia hizo del cine su refugio, su espacio de resistencia y también su adicción. Así lo resumía él mismo: “Lo único que nunca me ha fallado es el cine, lo único que sigo queriendo, amando, deseando, y el único enganche que jamás superaré.”
La historia, escrita a seis manos por Moisés Garrido, Juan Barrero y Gaizka Urresti, propone un acercamiento directo y sin filtros a uno de los cineastas más controvertidos del cine español: el autor que narró como nadie la marginalidad, los cuerpos silenciados y la oscuridad de la Transición, hasta caer él mismo en sus propios abismos.
Urresti -Goya al Mejor Documental por Labordeta, un hombre sin más y al Mejor Corto de Ficción por Abstenerse agencias- reconstruye en el documental la figura de Eloy a través de las personas que compartieron con él platós, vivencias o años de investigación.
Tras su paso por este y otros festivales, Eloy de la Iglesia, adicto al cine, se estrenará en salas a finales de noviembre de 2025.
Entre las personas entrevistadas en el documental figuran nombres que trabajaron con Eloy o que han investigado a fondo su obra: José Sacristán, María Luisa San José, Fernando Méndez-Leite, Marisol García Morcillo, Luis E. Parés, Pedro Olea, Claudia Gravy, Carlos Aguilar, Eduardo Fuembuena, Ángel Pardo, José Luis Garci, Fernando Guillén Cuervo, Josetxo San Mateo, Alejo Loren, Pedro Moreno, Gaspar Noé y Verónica Luján.
Sinopsis: Un director de cine valiente, un enfant terrible en sus inicios, combativo contra la censura, buscando siempre los límites de la libertad de expresión, cronista dela parte más oscura de la Transición, caerá en los infiernos de la drogadicción y durante más de una década será olvidado y en ocasiones repudiado, pero logrará salir del ostracismo para volver a hacer cine, esa adicción de la que jamás pudo desengancharse.
SOBRE GAIZKA URRESTI
Gaizka Urresti es director, productor y guionista con una consolidada trayectoria en el cine documental y de ficción. Ha dirigido 17 cortometrajes con más de 100 premios nacionales e internacionales y ha sido nominado en cuatro ocasiones a los Premios Goya, obteniéndolo en dos: Mejor Cortometraje de Ficción por Abstenerse agencias (2014) y Mejor Largometraje Documental por Labordeta, un hombre sin más (2023).
Como director de largometrajes ha firmado títulos como El último guion. Buñuel en la memoria (2008), Bendita calamidad (2015), Arizmendiarrieta, el hombre cooperativo (2018), Aute Retrato (2019) y Labordeta, un hombre sin más (2022), que fue el documental más visto en salas ese año y se alzó con los premios Goya y Forqué a Mejor Documental.
Como productor cinematográfico, además de sus propias películas, ha producido varios cortometrajes y siete largometrajes de otros autores, entre ellos Chevrolet (1997) de Javier Maqua, El regalo de Silvia (2003) de Dionisio Pérez, Vida y color (2006) de Santiago Tabernero, El hombre que quiso ser segundo (2014) de Ramón Alós, Incierta gloria (2017) de Agustí Villaronga y recientemente Goya 3 de mayo de Carlos Saura.
También ha sido guionista de casi todos sus proyectos, escribiendo en solitario o en colaboración con otros autores, como en el caso de Chevrolet, dirigida por Javier Maqua.
LA ENTREVISTA
Gracias a "Ana Ros - Prensa & Promoción Cine" hemos tenido la oportunidad de entrevistar a su director, Gaizka Urresti, justo antes del pase de esta tarde en Donosti. Este es el resultado de la entrevista:
Carlos Penela.- ¿Qué supone para ti Eloy de la Iglesia en general, como cineasta y como vasco?
GAIZKA URRESTI.- Mira, yo a Eloy de la Iglesia personalmente no le conocí, pero cuando yo era adolescente y quería hacer cine en Bilbao, Eloy era un referente. Era un director vasco, de Zarautz, que triunfaba en el cine nacional. A principios de los 80 años vino a rodar "El pico" en Bilbao, además en mi pueblo, en Portugalete. Luego me acuerdo "Otra vuelta de tuerca", que se rodó cera. Yo su cine lo conozco a través de videoclubs, cuando empezaban, películas como "Navajeros", "Colegas", "Miedo a salir de noche", yo las descubro con 15, 16, 17 años. Realmente es un cine que se te pega, te turba, te muestra ese pozo oscuro que estaba en la calle, el mundo de los quinquis, el mundo de la violencia, el mundo de la homosexualidad. Era un cine muy de consumo adolescente, pero diferente. Yo me acuerdo mucho cuando vi "El diputado" en Televisión Española, en el 82, de repente una historia que dices, "¿pero esto qué es?". No es lo que uno piensa del cine clásico de Hollywood. Eloy era un cineasta que conocía desde el periodo de final de los 70 hasta "La estanquera de Vallecas", pero claro, también conocía su periplo vital, su propio descenso a los infiernos, yo tenía esa visión de director estigmatizado, que había visitado el lado salvaje de la vida, por lo que tenía una relación compleja con él, como de admiración, conocimiento, pero también un poco de "este personaje tiene un lado oscuro que no sé cómo va a salir". Hay que alabarle, pero por otro lado no es un ejemplo a seguir, como dice en la película Pepe Sacristán. Ese fue un poco mi acercamiento. Por otro lado, mi primera película como productor y coguionista la hice en el año 96, "Chevrolet", de Javier Maqua. Era un trasunto poético de la relación de un director de cine que vivía en la calle en un coche abandonado, en búsqueda de su actor fetiche que está enganchado a la heroína. Javier Maqua le conocía e hizo una visión poética de esa situación, con lo cual yo sí tenía esa relación, sin conocerle, con Eloy de la Iglesia. Pero bueno, gracias al documental he descubierto películas que no conocía de su primera etapa, de finales de 60, más allá de "La semana del asesino" y alguna otra más. No conocía sus películas previas a la dictadura. Y luego el hecho de conocerlo a él, con sus entrevistas y con los testimonios de sus amigos.
Carlos Penela.- Eloy de la Iglesia fue un director polémico y censurado en su época, ¿encontraste alguna dificultad a la hora de equilibrar las luces y las sombras de su vida? ¿Te has encontrado con prejuicios actuales sobre su figura que aún perduren?
GAIZKA URRESTI.- Hombre, lo que te he explicado, lo más difícil ha sido cómo compaginar las luces y las sombras, cómo hacer un retrato de un personaje al que admiras, pero tampoco prejuzgarlo. Eso ha sido el gran reto durante todo el proceso y yo creo que al final se ha conseguido. Yo suelo decir que no sé si al final amas al personaje, pero lo entiendes. En cuanto a prejuicios actuales, el gran prejuicio ha sido levantar este proyecto en 15 años. Es decir, ahora que está terminado todo el mundo dice, "ah, claro, un documental sobre Eloy de la Iglesia", pero no ha sido nada fácil levantarlo. De hecho, yo no estaba en el proyecto al principio, esto era una idea de la productora Oihana Olea, productora de "Los nombres búlgaros", y que intentó hacerlo hace 15 años con Diego Galán de director, y no hubo manera, falleció el pobre Diego y al final hace tres años en una convocatoria de Televisión Española, se presentó el proyecto a todo correr y entró, y hemos podido levantarlo pero con mucha dificultad, sin ETB, sin Ministerio de Cultura, con lo que quiero decir que sí, que sigue siendo un personaje incómodo en ese sentido y que es una realidad que tampoco gusta mucho mirar sobre ella. Te digo todo esto si me ataño a eso, al tema de la financiación, que ha costado mucho levantarlo, no había una cola de televisiones deseando hacer esta película, sino todo lo contrario. Y luego, bueno, sí es cierto que yo creo que algunos actores que trabajaron con él no ha habido manera de conseguir por temas de agenda, pero también yo creo que es un personaje incómodo y que mirar al pasado de esas películas, pues igual no a todo el mundo le apetece esa experiencia. La película tiene momentos muy turbadores, pero no es por mí, sino por las propias imágenes del cine de Eloy de la Iglesia.
Carlos Penela.- Gaizka, ¿cómo ha sido todo ese proceso de escritura del proyecto, el proceso de documentación y el contacto con las personas que fueron piedra angular en su cine?
GAIZKA URRESTI.- Yo suelo diferenciar lo que es investigación de los que somos documentalistas. Yo no investigo, investigo a nivel personal, pero no saco cosas nuevas. Un investigador cinematográfico o fílmico va a los documentos originales, viaja, etc. Un documentalista lo que hace es documentar lo que ya han hecho otros, de una forma cinematográfica, narrativa, para acercarlo al personaje. Yo me apoyé en cosas que había publicadas, pocas, sobre Eloy, sobre todo el libro que hizo en el 96 el Festival de Cine, el de "Conocer a Eloy" con Carlos Aguilar, que es uno de los protagonistas, entrevistas que le hicieron, el libro "Lejos de aquí" de Eduardo Fuembuena, que se ha pasado 14 años investigando la relación de Eloy con Luis Manzano, más escritos, críticas de la época, artículos de la época que salen en la película, que los documento, etc. Luego están los amigos y gente que le conoció, tanto en los 70 como en su última etapa. Por último su propio cine, haces un ejercicio de revisitar sus películas ya con otra mirada, no una mirada solo de espectador, sino de alguien que va a hacer una película sobre él. Ese es el proceso. No hay un guion, en un documental nunca hay un guion que seguir, por eso es tan difícil también financiar el documental, a veces las televisiones te piden unas certezas que tú cuando empiezas un proyecto no tienes claras, no sabes dónde vas a llegar. No es como la ficción, que tú escribes un guión y ese guión se representa en el rodaje, se pone alma con la interpretación de los actores, con la luz, con la cámara, pero es que un documental es un proceso que se termina el último día de montaje de conocimiento, incluso en la promoción descubres cosas nuevas sobre él, hablando con los periodistas y con otras personas, por eso es tan dificil financiarla. En el proceso mismo de hacer la película vas moldeándola.
Carlos Penela.- ¿Qué papel jugó Eloy como cronista incómodo de la España de la Transición?
GAIZKA URRESTI.- Fue fundamental, de hecho la película quiere poner en valor eso, a parte del valor cinematográfico de sus películas, que siguen siendo muy entretenidas, que tienen imágenes pregnantes, es innegable que a través del cine de Eloy se entiende muy bien ese tardofranquismo, la muerte de Franco, la transición y la llegada a las libertades, a través tanto de sus películas como de su vida incluso también, de su propio periplo vital. El documental lo enfatiza, enfatiza relacionando cuándo hizo las películas, la censura de películas como "La semana del asesino" en el año 73, las dificultades para sacar ya una película como "Los placeres ocultos", hecha en el 75, pero que tarda en salir porque todavía la dictadura en la transición estaba presente y había que romper eso. Y luego la eclosión de las libertades, con películas como "El sacerdote", "La criatura" o "El diputado", que empiezan a ser mucho más explícitas, películas que cuatro o cinco años antes hubiera sido imposible filmar y estrenar. Luego ya con el final de los 70 y principios de los 80, lo que se llama el cine quinqui, sobre todo con ese retrato de esa generación adicta a la droga, a la heroína. "La estanquera de Vallecas" tiene muchos referentes: la plaza de Vallecas está llena de carteles de Felipe González, de las elecciones democráticas, de la llegada del PSOE al poder, etc. De hecho su etapa tanto personal como cinematográfica más oscura, de ostracismo, viene con esa llegada de las libertades ya plenas, de la democracia plena, en la que había que mostrar otra imagen del país, y donde un personaje como Eloy de la Iglesia mostraba el lado oscuro.
Carlos Penela.- ¿Crees Gaizka que hoy sería posible estrenar películas como El diputado, El pico o Navajeros con la misma crudeza?
GAIZKA URRESTI.- Sería difícil hacerlas porque dependemos de vías de financiación, como las televisiones, y evidentemente no son productos cómodos de emitir por los códigos morales. Serían difícil de hacer. ¿Llegar al cine? Igual podrían llegar, pero claro, muy difícil se nos hace. Pero encima, lo que ocurría en los tiempos de Eloy, de que fueran éxitos de taquilla, películas muy vistas y muy consumidas en videoclubs, eso es lo que me parece totalmente inverosímil. El hecho de que Eloy compaginaba transgresión con comercialidad, eso ahora mismo me parece muy complicado. Más lo que te comentaba antes, hay imágenes en su cine que no se ven en el audiovisual actual.
Carlos Penela.- En ese sentido, Eloy fue pionero al abordar temas como la homosexualidad, las drogas o la delincuencia juvenil. ¿Qué vigencia crees que tienen hoy sus películas?
GAIZKA URRESTI.- Pudiéramos pensar que por el hecho de ser un gran cronista de esa época, pues era un cine muy pegado a esa realidad y que fuera de esos años no tiene sentido. Pero es cierto que hay muchos seguidores jóvenes que no vivieron esa España de los 80, que igual nacieron en los 90 y tantos, y a los que les sigue fascinando esa transgresión y esas historias. Yo creo que algo tiene Eloy que hace que trascienda el tiempo, o que un personaje, como sale en el documental, como es Gaspar Noé, se reconozca admirador de él, desde otra cultura y desde otra generación, y que le descubrió a través de ese ciclo que hizo el Festival en el año 96. Yo creo que sí puede tener vigencia, de hecho sus películas se ven en la televisión, en FlixOlé, no en televisión en abierto evidentemente, por lo que comentamos de cierta paquetería, de que hay contenidos que ya no se ven. Yo creo que sí tiene vigencia su cine y espero que el documental contribuya a descubrir a Eloy de la Iglesia a públicos nuevos, a públicos jóvenes.
Carlos Penela.- ¿Qué película consideras la más representativa de su carrera y por qué?
GAIZKA URRESTI.- No te sabría decir. A nivel personal quizás lo dejaría en dos "El diputado" y "El pico". "Los placeres ocultos" es anterior a "El diputado", y es cierto que es la primera vez que se muestra un personaje homosexual de verdad, no un mariquita, no como para hacer gracia, sino para mostrar sus preocupaciones, cómo encontrar sexo, cómo mantener esa doble vida oculta, etc, pero "El diputado", que es posterior, incluye que es una película incómoda tanto para la izquierda como para la derecha, y eso me parece muy provocador, el hecho de mostrar cómo también la izquierda era homófoba, o cómo toda la sociedad era homófoba. La recuerdo cuando la vi en televisión y sus imágenes me quedaron muy marcadas. Y luego "El pico", porque me parece una película además que combina el género, es una película no digo policíaca, pero bueno, de cine negro, una trama juntando el tema personal de las dos familias. A parte de por el tema y sobre todo porque está rodada en Bilbao, me parece que es una película muy entretenida realmente.
Carlos Penela.- ¿Me puedes hablar de la simbología de la canción con la que se cierra la película, Ser libre?
GAIZKA URRESTI.- Claro. Mira que es una película humilde, de poco presupuesto, pero al final surgió la posibilidad con Zarys Falcón de hacer una canción original y me pareció muy interesante. Ella captó enseguida el sentido de la película y del personaje y de cómo termina diciendo eso de que "yo sin saber muy bien, cómo ni por qué, he querido ser libre", me parece una canción muy bonita, muy poética y creo que es un cierre muy bonito para la historia, como un resumen de intentar desde el mundo de la poesía o de la canción, intentar explicar al personaje. Me alegro que hayas captado que no es una canción puesta en título de crédito sin más, sino que ha habido un intento de crear algo con eso, porque la película realmente no tiene música original, son música de sus películas, excepto en ese momento.
Carlos Penela.- Gaizka, para finalizar, como espectador y amante del cine siempre he tenido la sensación (y esta película me lo confirma), que este país no valoraba lo suficiente a sus cineastas. Por ejemplo, si estuviéramos en Francia, muchos directores y directoras serían dioses y aquí se valora más lo de fuera que lo propio. En ese sentido, ¿qué te gustaría que el espectador descubriera o se replanteara sobre el Eloy de la Iglesia al ver este documental?
GAIZKA URRESTI.- Bueno, por un lado lo que he comentado antes, primero que comprendieran la persona, en qué contexto desarrolló su vida y sus películas, porque se entienden muchas cosas, tanto de acciones que hizo en su vida como de por qué hacía ese cine y cómo era su cine. Y luego, hombre, lo que hemos dicho también, de que lo descubriera a nuevos públicos, no a los convencidos que ya conocen el cine Eloy, que pueden revisitarlo, sino a un público joven, que vieran esas películas y que también les sirviera para entender cómo era la España de sus padres o de sus abuelos, incluso. De dónde venimos, de qué contexto, qué era ser homosexual en el año 75 en España, que eran las relaciones en Euskadi, la polarización entre la izquierda abertzale y la gente nacional, etc. Todo eso me parece interesante que lo descubran a través del cine, porque el cine tiene esa capacidad de ser testigo de una época más allá incluso, con todo el respeto, que los informativos o la televisión.
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