Introducción y sinopsis
Gaua de Paul Urkijo Alijo ha tenido su estreno mundial en la 58 edición del Festival de Cine Fantástico de Sitges, dentro de la Sección Oficial a concurso.
El tercer largometraje del cineasta, tras las exitosas Errementari e Irati (película en euskera más taquillera de la historia), llegará a los cines el 14 de noviembre.
Como en trabajos anteriores del director, Gaua transita entre los códigos de la fantasía y la realidad histórica, pero en esta ocasión se sumerge en el mundo nocturno de la mitología vasca, ambientado en el siglo XVII. La película combina el inquietante mundo mitológico de los seres nocturnos con el imaginario de la superstición rural creando un universo lleno de misterio, emoción y épica.
Gaua está protagonizada por Yune Nogueiras (La infiltrada, Akelarre) acompañada por Ane Gabarain (20.000 especies de abejas; Patria), Elena Irureta (Patria, Flores de otro mundo) e Iñake Irastorza (Ventajas de viajar en tren, Todos estamos invitados). Completan el reparto Xabi "Jabato" Lopez (Sin cobertura, Valle salvaje), Erika Olaizola (Los últimos románticos; Los tontos y los estúpidos), Manex Fuchs (20.000 especies de abejas) y Elena Uriz (Akelarre; Irati), entre otros.
Sinopsis: Montañas vascas, siglo XVII. En plena caza de brujas, Kattalin huye de su marido, abandonando el caserío en mitad de la noche. Perdida en la negrura del bosque, siente una presencia que la persigue. En su camino, se topa con tres mujeres que, mientras lavan la ropa junto al río, comparten cuentos de miedo y habladurías del pueblo. Para su asombro, Kattalin acabará convirtiéndose en parte de esas mismas historias.
Las dos películas previas del director, Irati y Errementari, destacan como ejemplos exitosos de historias que fusionan elementos de fantasía y mitología rural. Precisamente Irati se ha convertido en la película más taquillera de la historia rodada en euskera y Errementari ha obtenido resultados excepcionales a nivel mundial en Netflix.
Gaua es una producción de Irusoin (Marco), Ikusgarri Films (Irati), Vilaüt Films (Alcarràs) y Gaua AIE. Cuenta con el apoyo de EITB, Prime Video, RTVE, ICAA, Gobierno Vasco, Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, Diputación Foral de Álava, Fundación Vital Fundazioa y CREA SGR. Filmax se encarga de su distribución en cines de España y de las ventas internacionales. Tras su paso por salas, la película estará disponible en Prime Video.
PAUL URKIJO ALIJO (Vitoria-Gasteiz, 1984)
Apasionado del cine de género, la mitología y los cuentos tradicionales.
En 2016 escribe, produce y dirige su primer largometraje titulado Errementari. Una película de género fantástico basada en el cuento del folklore vasco “Patxi Errementaria”. En 2023 estrena Irati, la película en euskera más vista hasta la fecha en salas de cine. Las películas que ha escrito y dirigido han ganado más de 130 premios nacionales e internacionales y más de 400 selecciones en todo el mundo.
RESEÑA - Paul Urkijo alcanza la plenitud creativa
Paul Urkijo vuelve a sorprendernos con Gaua, una película que consolida su posición como uno de los grandes narradores de historias del panorama cinematográfico español. Desde sus primeros pasos con Errementari (2017) hasta la poética y épica Irati (2022), Urkijo ha demostrado un amor incondicional por la cultura, la lengua y el folklore vasco, construyendo un universo fílmico propio donde lo ancestral y lo fantástico se dan la mano con una naturalidad desarmante. Pero Gaua —la noche, en euskera— es mucho más que un paso adelante: es, probablemente, su película más ambiciosa, tanto en lo técnico como en lo emocional.
La cinta nos sumerge en un relato profundamente atmosférico, donde los límites entre la realidad y el mito se difuminan hasta confundirse. Urkijo domina el ritmo, la puesta en escena y el tono, desplegando un imaginario visual que recuerda al mejor cine de fantasía europea, pero con una identidad vasca inconfundible. En Gaua, cada plano respira tierra, niebla y misterio; cada silencio tiene la densidad de lo sagrado.
Una parte fundamental de esa magia procede de los escenarios naturales en los que se rodó. Los bosques, montes y valles de Euskadi se convierten en auténticos protagonistas, no sólo como marco visual, sino como entidad viva. Urkijo los filma con respeto, casi con devoción, y lo hace recordándonos una verdad que como críticos deberíamos reivindicar siempre: nuestro país es un plató de cine inmenso, capaz de acoger cualquier historia imaginable. Tenemos paisajes de una potencia estética y emocional extraordinaria, y Gaua lo confirma con una fuerza arrolladora.
El despliegue visual del film se refuerza con un cuidadísimo diseño de criaturas. Los seres mitológicos que pueblan el relato —tan reales como simbólicos— demuestran que Urkijo ha llevado su pasión por la mitología a un nuevo nivel de madurez y sofisticación. Las criaturas no sólo impresionan desde el punto de vista técnico, sino que están integradas en el discurso narrativo con una coherencia admirable.
Mención aparte merece el extraordinario trabajo de vestuario de Nerea Torrijos, una de las diseñadoras más talentosas del cine español actual. Su carrera, ya consolidada con títulos como Akelarre de Pablo Agüero o la propia Irati de Urkijo, alcanza aquí un nuevo punto culminante. Torrijos recrea un universo textil entre lo histórico y lo fantástico, donde cada prenda, cada textura y cada color parecen surgir de las entrañas mismas de la tierra vasca. Su trabajo no sólo aporta verosimilitud, sino también una capa poética que enriquece la experiencia visual y narrativa.
Y qué decir del clímax. Sin entrar en spoilers, basta decir que se trata de uno de los momentos más poderosos y bellos del cine fantástico reciente. Urkijo demuestra en ella un dominio absoluto del lenguaje cinematográfico: el montaje, la música, la coreografía visual y el uso de la luz se combinan para ofrecernos una escena que es puro trance, un hechizo audiovisual donde mito y emoción se funden.
Gaua es, en definitiva, la confirmación de un autor en estado de gracia. Una película que honra la tradición, que ama lo local sin miedo a lo universal, y que reivindica —con belleza, talento y corazón— que nuestro cine no necesita mirar fuera para encontrar lo mágico. Lo tiene aquí, en nuestra tierra, en nuestra noche, en nuestra gaua.
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