Sinopsis: El soldado Andrew Briggman (Nat Wolff) es un ambicioso miembro de infantería que acaba de llegar a Afganistán. Lucha a diario por destacar dentro de un escuadrón repleto de salvajes soldados. Cuando el jefe del grupo es relevado por el nuevo sargento Deeks (Alexander Skarsgård), Briggman se siente inspirado por su determinación y trata de imitar su conducta temeraria, alcanzando rápidamente el puesto como segundo de su unidad. Sin embargo, cuando Briggman es testigo de cómo el pelotón comienza a matar civiles inocentes, se verá obligado a decidir entre denunciarlo poniendo en peligro su vida o callarse para participar en lo que cree que son crímenes contra los derechos humanos.
Basada en hechos reales y en el documental previo del mismo director, Dan Krauss (The Kill Team), Escuadrón de la muerte está protagonizada por Alexander Skarsgård (Melancholia, La leyenda de Tarzán, Big Little Lies) y Natt Wolff (Ciudades de papel, Death Note).
La película se estrena en cines el próximo 20 de diciembre.
La película se estrena en cines el próximo 20 de diciembre.
Notas del director, Dan Krauss
Fue la fotografía lo que me llamó la atención. Un joven soldado, con los brazos alrededor de sus padres. La foto, publicada en el New York Times, llevaba por texto: "El especialista Adam Winfield, que trató de alertar a los militares de los asesinatos de civiles, y que está acusado de asesinato él mismo ..."
En esa oración reconocí una historia trágica y shakesperiana. Un joven en guerra, atrapado entre polos morales opuestos. ¿Cómo había sucedido?
Mi documental de 2014, The Kill Team, fue un intento de abordar esta pregunta, utilizando relatos de primera mano del propio Adam y de varios de los soldados acusados. Todos estos testimonios fueron fascinantes. Y, sin embargo, fue retrospectivo, con la perspectiva y la distancia del tiempo. Sentí que todavía existía la oportunidad de hacer una película que situara al público directamente en la piel de Adam. Transmitir visceralmente la sensación de estar acorralado. Obligado a tomar decisiones imposibles, a sopesar las prioridades morales en juego, a veces en una fracción de segundo. Donde la libertad de seguir la propia conciencia es un lujo.
Así nació la versión cinematográfica Escuadrón de la muerte. Al concebir esta historia ficticia, me fijé primero en los thrillers conspiranoicos de la década de los setenta: Los tres días del cóndor, La conversación, Todos los hombres del presidente, películas que abrazan con valentía la ambigüedad moral y plantean preguntas desafiantes sobre la naturaleza de la autoridad y el poder. Vi Escuadrón de la muerte tanto como una historia clásica de un joven idealista enfrentado a la institución que se ha vuelto contra él, así como una descripción honesta de una catástrofe moral: la violenta colisión de principios bien intencionados con el caos de la realidad.
Aunque se sitúe en el contexto épico de la guerra, la imaginé como una película tranquila. Una película que deriva su poder a través de cambios sutiles de lenguaje y expresión. Los personajes son soldados, entrenados en confrontación física, aunque la tensión dramática en la película es principalmente verbal y psicológica. Me alejé de los grandes gestos cinematográficos y las piezas elaboradas, decidiéndome por una estética más íntima. Quería que la película no tuviera adornos, centrando la atención en el personaje y la emoción.
En última instancia, me gustaría que el espectador saliera del cine enfrascado en un ferviente debate sobre las elecciones forzadas de aquellos que, diciendo la verdad, encienden una tormenta de intimidación y violencia; sobre la masculinidad tóxica que amenaza con superar nuestros impulsos morales más básicos; sobre las formas en que se usa el miedo para justificar la opresión del "otro"; sobre cómo una persona fanática puede conducir a las mentes jóvenes hacia una conformidad peligrosa, descartando la introspección moral en favor de la "grandeza".
Me temo que hoy, más que nunca, estas ideas son de urgente importancia.
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