El western Escanyapobres llega a los cines de la mano de Caràcter Films, tras su estreno en el BCN Film Fest, el paso por el Festival Internacional de Cine en Catalán (FIC-CAT), donde recogió el premio al mejor largometraje, el Festival Internacional de Cine Joven de Valencia y el New York City Independent Film Festival, entre otros certámenes. La adaptación libre de la novela homónima de Narcís Oller, dirigida por Ibai Abad (The Girl from the Song) y protagonizada por Àlex Brendemühl (Creatura, Petra) y Mireia Vilapuig (Selftape, Pulseras rojas), también cuenta con Quim Àvila (Girasoles silvestres, Poliamor para principiantes) y Laura Conejero en su reparto. Escanyapobres es una producción de Abacus, Astra Pictures y Nakamura Films rodada en catalán. Cuenta con la colaboración del Instituto Catalán de las Empresas Culturales y el Instituto Valenciano de Cultura, y la participación de 3Cat, À Punt Mèdia y CREA SGR.
La película está ambientada a finales del siglo XIX cuando Europa vivía un momento de profunda transformación económica y cambio social. El capitalismo perturba la tranquilidad de la Cataluña rural con la llegada del primer tren, símbolo de la Revolución Industrial. Con su segunda obra, Ibai Abad ha actualizado un clásico que leyó en el instituto y que todavía tiene por él un mensaje plenamente vigente: “Con la crisis financiera y los bancos apropiándose de miles de casas, me di cuenta de que la temática de la novela, hoy en día, era más relevante que nunca”. En el guión, que revisa y fortalece a los personajes femeninos de la novela, le acompaña Elisenda Gorgues (Oro líquido, Tabúes).
La aproximación al western ha sido un trabajo conjunto con la directora de fotografía Maria Codina, que debuta en el largometraje de ficción con esta película. "Me fascinó la idea del capitalismo llegando en forma de tren a un remoto pueblo de Catalunya, al igual que en los westerns de John Ford", explica el director. La película se rodó en Valencia y la Cataluña interior, en lugares como Mutxamel y Crevillent (Alicante), Salàs de Pallars (Pallars Jussà), La Saira (Segrià), Calaf (Anoia) y Mora la Nova (Ribera d' Ebro). Estos paisajes han permitido reproducir elementos icónicos de nuestro imaginario colectivo asociado al western, como las estampas infinitas de campos de trigo, las largas líneas de vías del ferrocarril hacia tierras salvajes o las cuevas y minas.
Sinopsis: Finales del s. XIX. La llegada del tren a un pueblo aislado le lleva el ansiado progreso, pero también a Oleguer, un oscuro usurero con negocios turbios. Cuando expropía la masía de Cileta y de su familia y se la queda, la joven campesina hará todo lo posible para recuperar su casa. Aunque esto signifique seguir los oscuros pasos del usurero.
Gracias a nuestras amigas de Agencia Trafalgar en el pasado BCN Film Fest tuvimos la oportunidad de entevistar al director de la cinta, Ibai Abad, y a uno de los actores de la película, Quim Àvila. Éste es el resultado de la entrevista:
Carlos Penela.- Ibai, ¿cómo surgió la oportunidad de hacer esta adaptación cinematográfica?
IBAI ABAD.- La oportunidad surgió a partir de la novela, es una novela que te hacen leer en la escuela, de lectura obligatoria. En su momento no me llamó la atención, más allá de que te obligan a leerla allí. Años después, en un programa de Radio, escuché que volvían a hablar de esta novela, pero desde el punto de vista de poner en relevancia, hoy en día, el hecho de que los bancos se iban apropiando casas. Es lo mismo que hace el escanyapobres. Empezaban a utilizar el término "estrangular pobres" para definir la crisis de los bancos, todo el tema de los fondos buitre, y de alguna manera sentí que allí estaba el punto de conexión con la realidad, con la actualidad. Yo siempre pienso que para hacer una película de época, debes hacer de espejo, de alguna forma, con lo que está pasando hoy en día.
Carlos Penela.- ¿Dónde habéis rodado?
IBAI ABAD.- Bueno, hemos estado en muchos sitios. Por suerte, hemos encontrado un lugar con muchas localizaciones reales. Para nosotros era muy importante sentir que tanto en los interiores como en los exteriores no teníamos decorados, sino que íbamos a buscar espacios reales, vividos, desgastados, aunque esto generara una imagen un poco particular. Hemos rodado en muchas partes de Cataluña y València.
Carlos Penela.- Quim, ¿cómo es Ibai dirigiendo, ahora que no nos oye?
QUIM ÀVILA.- (risas) Ibai y yo no nos conocíamos. Nos conocimos a la hora de realizar el casting, y allí ya nos entendimos mucho. Recuerdo que incluso el propio día de la prueba era como una sesión de trabajo, ya íbamos haciendo propuestas respecto al personaje. Yo dije "hombre, personalmente, creo que me entendería, pero vamos a ver si sale el proyecto", ¡y salió! Luego, trabajar con él fue un placer, parece que lo diga porque lo tengo aquí al lado, pero no, somos muy parejos de edad, y eso también se agradece. El hecho de trabajar con gente que tiene tanta energía y tanta pasión por el trabajo como tú le intentas poner, es increíble. Una de las cosas más importantes al trabajar con los directores es, además de la parte artística, que en el caso del Ibai es indudable, es también la parte de liderazgo. Ser un director que tengas un tipo de liderazgo que sepas confiar en tu equipo al 100%, Ibai lo hizo desde el primer día, tanto a nivel de actores, que nos dejaba hacer propuestas, y si él veía que no, nos matizaba lo que creyera necesario, como por ejemplo a nivel de fotografía. En ese sentido, tenía la sensación de que Ibai trabaja mucho poniendo en valor al profesional que tiene delante, y también sentía eso por la energía que se creaba en rodaje, muy positiva. A veces el estrés que tiene el mundo del cine, que cada día necesitas cumplir con un plan de rodaje cada vez más apretado, eso te puede llevar a tener situaciones de nervios muy grandes, pero yo los días que estuve en rodaje me sentí muy a gusto, y eso se tiene que valorar mucho.
IBAI ABAD.- Yo quería añadir que ha sido un lujo trabajar tanto con Quim como con el resto. Son actores con un talento descomunal, muy creativos, son mucho de aportar. No se limitan sólo a hacer su trabajo. Recuerdo especialmente a Quim, quien mientras se preparaba su personaje iba aportando detalles de concreción que hacían al personaje único. No era un campesino o una persona que trabajaba en las minas cualquiera, sino que era la concreción del personaje "Eloi", hizo una serie de aportaciones propias para encontrar la particularidad del personaje que, esto, para el director es un lujo. Luego, evidentemente, tú piensas en cuáles van bien encaminadas y cuáles se salen un poco de línea. Y no sólo con Quim, también con Álex Brendemühl, Mireia Vilapuig o Laura Conejero, trabajar con todos ellos fue un lujo.
Carlos Penela.- Ibai, ¿has tomado de forma consciente algunos referentes? El western es innegable evidentmente.
IBAI ABAD.- Obviamente hay muchos elementos del western, aunque también debo decirte que no queríamos hacer un western al uso. Sentíamos que había un lugar muy concreto de la idiosincrasia de Catalunya y de sus paisajes, mezclados con el lenguaje anglosajón de John Ford, del spaguetti western, etc. No era voluntad de copiar, sino de empaparnos de su lenguaje y llevarlo a algo que no necesariamente es imitar el mundo del western americano aquí, dono encontrar un lugar único, un híbrido entre dos mundos, por decirlo de alguna manera.
Carlos Penela.- Hay un plano que me encanta, prácticamente al principio, cuando el personaje de Álex Brendemühl baja del caballo. Ese encuadre es magnífico.
IBAI ABAD.- Sí, aquí obviamente nos inspiramos mucho en las obras de John Ford, pero también en los neowesterns o en "Pozos de Ambición" de Paul Thomas Anderson. Para mi lo importante es que pese a que tengas un envoltorio de western, lo que importa es el personaje, lo que le está pasando internamente, toda la turbulencia, la oscuridad, etc, es lo que más nos interesaba, por eso hay ese punto de neowestern donde el personaje manda más que el escenario de alguna manera.
Carlos Penela.- Quim, ¿cómo te encuentras a nivel interpretativo y cómo definirías tu momento actual?
QUIM ÀVILA.- La verdad es que yo creo que es un momento de recoger los frutos de muchos proyectos que se han ido rodando, entre ellos "Escanyapobres", pero también ahora, hace poco, "Nos vemos en otra vida". También estoy en el Teatro Victoria por ejemplo, con "Jauría". Estoy muy contento y muy satisfecho con el tipo de proyectos de los que formo parte, porque más allá de una cuestión artística que, evidentemente, me encanta poder hacer de actor y hacerlo en proyectos que a mí me permitan explorar la vertiente interpretativa, creo también que son proyectos donde casi todos ellos comparten que trascienden más allá del propio cine,de entretenimiento o cultura del entretenimiento, que también es un tipo de Cultura que evidentemente me encanta, y formo parte de ella. Pero ahora mismo, por cómo estoy yo y por cómo creo que también está en la sociedad, lo que yo puedo entregar de la sociedad, de alguna manera, es mi trabajo, y estos proyectos me permiten entregar de alguna manera un punto de vista diferente a la sociedad. Sé que por ser actor que no voy a cambiar el mundo, pero nuestro trabajo sin nos puede hacer debatir entre nosotros sobre las pasiones, sobre el dinero, sobre las violaciones, como el caso de "Jauría" o sobre los atentados terroristas. Eso es muy importante.
Carlos Penela ¿Qué habéis aprendido y con qué os quedáis de haber hecho "La leyenda del Escanyapobres"?
IBAI ABAD.- Lo que siento que más he aprendido es que todavía somos muy esclavos de nuestros propios deseos y sueños, y siento que la película que en un principio quería hacer no tiene nada que ver con la película que he acabado haciendo y creo que ello viene muy derivado del niño pequeño que quería hacer un western. Todos tenemos ese niño interior con una serie de sueños y, al hacer la película me he dado cuenta que este sueño de hacer un western no era 100% mío, sino de mi padre, he acabado cumpliendo un sueño de mi padre a través mío. Eso es lo que me llevó, además de haber trabajado con unas personas maravillosas, ha sido un disfrute total.
QUIM ÀVILA.- Yo he aprendido que, más allá de que la película no deja de ser una adaptación, sin ser un retrato absoluto del "Escanyapobres" de Narcís Oller, muchas veces, estas novelas que no dejan de ser un clásico para nosotros, ya que nos obligaron en su día a leerla en la escuela, hay personajes que son fundamentales, como el caso de Oleguer, pero que después hay una serie de personajes que si se exploran y explotan a través de lo que es la ficción, podemos estar hablando a través de los clásicos de cosas muy contemporáneas. Y quedarme me quedo con el equipo, ha sido una experiencia increíble a nivel de equipo .
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