La Deuda es el tercer largometraje de Daniel Guzmán tras Sueños, su primer cortometraje (Goya al Mejor Cortometraje de Ficción 2003) y sus dos anteriores películas, A cambio de nada (Goya a Mejor dirección novel en 2015) y Canallas.
Tras inaugurar el Festival de Cine de Málaga, La Deuda ha llegado a nuestros cines distribuida por Wanda Visión.
La Deuda está protagonizada por Itziar Ituño, Susana Abaitua, Luis Tosar, Francesc Garrido, el debut de Charo García y el propio Daniel Guzmán. La película es un thriller emocional cuyo rodaje se ha llevado a cabo durante diez semanas en diferentes localizaciones de la Comunidad de Madrid y Andalucía.
Sinopsis: Lucas y Antonia, una anciana, conviven en un modesto piso en el centro de la ciudad. Pese a sus dificultades económicas, ambos afrontan la vida con humor y mucho cariño. Su vida transcurre de forma cotidiana hasta que un fondo de inversión adquiere el edificio y se ven obligados a abandonar su vivienda. Lucas intentará conseguir el dinero necesario para evitar la pérdida de la casa iniciando una huida hacia delante de difícil retorno.
Esta semana, junto al gran Carlos Garries (@Nexus101, Butaca 107), y gracias a nuestras amigas de DYP Comunicación, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Itziar Ituño en el marco incomparable del Nobu Hotel Barcelona. Este es el resultado de la entrevista:
Carlos Garries.- ¿Cómo te convenció Daniel Guzman para esta película?
ITZIAR ITUÑO.- Pues me llegó a través de mi representante el interés de Daniel Guzmán por ofrecerme el papel. Me comentaron que Daniel Guzmán lo había escrito, que iba a ser parte de la producción y, en aquel momento, él no iba a ser el protagonista. Yo andaba con mil cosas, todavía no había podido leerme el guion, y él me dijo "no te preocupes, de todas formas, vamos a quedar". Me vino a buscar al aeropuerto, me llevó a desayunar, nos conocimos y, en lugar de hablar de la película, a raíz de contarle que tenía a mi padre en el hospital por un pequeño susto que nos había dado, empezamos a hablar de nosotros, de nuestras vidas personales, y de pronto parecía que nos conocíamos de toda la vida. Luego ya desayunando me contó la película, la historia, el papel y lo duro del papel. Yo me dije "esto lo voy a hacer sí o sí". Lo estaba viendo contármelo y pensaba "con este hombre voy yo al fin del mundo", o sea, qué maravilla, ha sido un proceso como hay pocos a nivel de dirección.
Carlos Penela.- Itziar, ¿Cómo se construye un personaje tan emocional como el tuyo?
ITZIAR ITUÑO.- Con mucho ensayo, hicimos mucho ensayo, me fui a Madrid muchas semanas a ensayar en locales teatrales, por la calle, en parques. Ensayamos por un montón de sitios para sabernos muy bien el texto y después fluir mirando al otro y poder saltarnos. También hablando mucho del personaje, qué es lo que le mueve, detalles: en qué trabaja, qué es lo que le gusta, qué tipo de vida ha tenido, etc. Lo destripamos todo encima de la mesa, y luego fue cogiendo cuerpo. Eso mi parte, pero es que Daniel lo hizo con todos los actores. Fue como entrar a una obra de teatro, cuando se trabaja el teatro se ensaya muchísimo, y aquí fue así. Generalmente, en el audiovisual, no hay tanto tiempo para ensayar, te dejan un poco a ti que hagas lo que sepas y luego in situ ya te dirigen más. Pero últimamente me estoy encontrando directores y directoras que tienen un trabajo previo potente, y me he gozado la verdad mucho con el proceso de esta película, aunque ha sido muy duro de entrar ahí.
ITZIAR ITUÑO.- Pues yo creo que desde el momento que nos conocimos fue todo muy natural. De hecho, como al principio los personajes no se conocen, tuvimos que hacer un poco el camino contrario, a ver cómo nos hablamos como si fuésemos desconocidos. Nos costaba un poco hacer ese proceso contrario porque como ya nos conocíamos y habíamos cogido tanta confianza, lo que nos costaba era alejarnos. Pero fue bien. Yo he gozado mucho el hacer un dramón así.
Carlos Garries.- Sí, es que en vuestros personajes valen tanto las palabras como los silencios, sobre todo en tu personaje son cruciales.
ITZIAR ITUÑO.- Sí, totalmente. Pero es que este hombre que estaba protagonizando, a la vez dirigiendo y a la vez produciendo, tenía un radar para captarlo todo. Tenía la capacidad de centrarse en lo vivo que había ahí. Además, cuando no lo conseguía, porque igual veía que la figuración no estaba, no te dejaba sola, veías que estaba ahí, estaba a mil cosas, pero estaba. Entonces es como hacer el triple salto mortal sabiendo que tienes una red abajo. Daniel te va dirigiendo de una manera muy amable, muy graciosa, con mucha chispa. Cuando de repente te salías un poco del papel porque se te había ido un poco el santo al cielo, te venía con un chiste y te reconducía. Daniel es muy listo, enseguida capta cuando una no está centrada.
Carlos Penela.- Al hilo de lo que decías, Daniel escribe, interpreta y dirige. ¿Cómo es como actriz trabajar con alguien que también está dentro de la escena como actor? ¿Eso cambia la forma en que un actor o una actriz se siente acompañada?
ITZIAR ITUÑO.- Fue curioso, Daniel no tenía decidido que su papel lo iba a interpretar él mismo. Yo todos los ensayos los había hecho con él, y él me decía "igual llamo a tal actor, llamo a cual, pero no sé, a lo mejor este no puede, es que no sé qué hacer". Y yo le dije "¿Por qué no haces tú? Si es que yo ya me estoy acostumbrando aquí a que sea tú". Él me decía que era mucho marrón, que tenía que estar a mil cosas. Al final decidió que sí, pero es que Daniel es un poco así, un día igual piensa una cosa y al día siguiente igual le da la vuelta y piensa lo contrario, se come mucho la cabeza, pero para bien.
Carlos Garries.- ¿Cómo trabajas los diálogos? Parecen tan tuyos...
ITZIAR ITUÑO.- Pues están todos escritos. Además, Daniel se estudia mucho el texto, lo machaca mucho, machacamos un montón el texto, el mío también. Las cosas que no me salían muy fluidas las volvimos a reescribir. Y de lo reescrito, él decía "esto no es Hamlet, puedes cambiar cosas, pero vamos a emprendernos bien los textos primero, para después poder jugar con ellos". ¡Y tenía toda la razón! Porque cuando los textos no están bien aprendidos se pierde el ritmo, la cadencia, la pulsión interna que tienen las frases, etc. Yo no había trabajado así en cine nunca, en teatro sí, pero en cine no.
Carlos Penela.- Después del impacto global que tuvo La casa de papel, ¿sientes que participar en proyectos como La deuda te lleva a la parte más esencial de aquello que en tu día te llevó a querer ser actriz?
ITZIAR ITUÑO.- Sí, totalmente. Y cuando encuentras encima de la mesa un proyecto así, que pretende ir un mucho más allá del entretenimiento, yo, como persona humana lo agradezco porque le da a tu trabajo otro cariz y otro sentido más vital. Tenemos una herramienta muy poderosa de sacudir emociones, y las emociones sacuden el pensamiento, generan ideas y generan cambios, y eso está muy bien. El arte siempre ha sido un poco la expresión más humana, y reducir el arte a consumir las cosas para acabarlas rápidamente es una tristeza. por eso, cuando hay cosas así, joyitas, de pronto es que hay esperanza, estamos en la vida. El mundo no se acaba. Parece que sí, pero igual no.
Carlos Penela.- De todos los temas que trata la película, ¿Cuál es la deuda que, después de haberla hecho, todavía te resuena?
ITZIAR ITUÑO.- A mí me resuena mucho la soledad de las personas mayores. Eso es lo que más me pega en el pecho, lo veo alrededor, tengo también unos padres que van para arriba, soy hija única y voy a estar ahí. Es lo que más me preocupa, como sociedad, ¿hacia dónde vamos con este tema? Estamos cada vez más encapsulados, hay menos clan, hay menos red familiar de apoyo, la gente está cada vez más sola, y la soledad te mata de pena, que igual de eso se trata, no sé... Es que yo las perversiones del sistema este las tengo algunas bastante claras, el atomizarnos es una de ellas, para que nos perdamos en la apatía, en la desesperanza, en la soledad, y sigamos siendo piecitas y robots productivos. Hay que romper eso y hacerse clan otra vez. Eso es lo que más me resuena, y el hacia dónde lleva la pobreza y las carencias al personaje protagonista de la película.
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