Ganadora del premio a la Mejor Película Argentina en BAFICI 2019, y definida por IndieWire como “la mejor película gay del año”, la ópera prima de Lucio Castro es el relato de un romance fugaz entre dos hombres que acaba estableciendo sus propiasreglas temporales, entre la realidad, el recuerdo y la imaginación. Una obra sublime, filmada en Barcelona, que rompe fronteras y estereotipos mucho más allá de su naturaleza queer.
Sinopsis: Dos hombres se encuentran por casualidad en Barcelona. Lo que parece un encuentro de una noche entre dos extraños se convierte en una relación épica qu eabarca décadas y en la que el tiempo y el espacio se niegan a jugar según las reglas conocidas.
Sinopsis: Dos hombres se encuentran por casualidad en Barcelona. Lo que parece un encuentro de una noche entre dos extraños se convierte en una relación épica qu eabarca décadas y en la que el tiempo y el espacio se niegan a jugar según las reglas conocidas.
La película ha sido seleccionada por el Departamento de Cine del MoMA de Nueva York para participar en el ciclo The Contenders 2019, que recoge aquellas películas "influyentes e innovadoras [...] que resistirán al paso del tiempo. Ya sea porqué están destinadas a la gloria de los premios, o a convertirse en clásicos de culto". Fin de siglo comparte este honor con títulos tan reconocidos como Parásitos, de Bong Joon-ho; Érase una vez en... Hollywood, de Quentin Tarantino; o Retrato de una mujer en llamas, de Céline Sciamma.
Con motivo del pase de la película por la edición de este año del festival L'Alterativa tuvimos la oportunidad de entrevistar a su director, Lucio Castro, así como al actor Ramon Pujol. Éste es el resultado de la entrevista.
Carlos.- Lucio, ¿cómo surge fin de siglo?
LUCIO CASTRO.- Pues la verdad es que empecé a escribir la película un poco sin saber a dónde iba, a partir de un personaje en una ciudad nueva y desconocida para él, y qué es lo que haría en sus primeros instantes en ella, dónde iría, con quien podría relacionarse, etc. A partir de empezar a desarrollar a los dos personajes principales, me doy cuenta que se habían conocido hace 20 años, y ahí volví al principio. Por supuesto que al escribirla fueron volcándose muchas curiosidades, detalles, observaciones de mi experiencia en mis relaciones largas, pese a que no es una película autobiográfica.
Carlos.- Ramon, ¿cómo llegas al proyecto?
RAMON PUJOL.- La verdad es que de una forma un poco casual. Lucio estaba en contacto con María Lagreca, la directora de casting de argentina, quien le propuso rápidamente a Juan Barberini, porque habían trabajado juntos y le gustaba mucho, y partir de ahí empiezan a pensar en buscar a alguien de Barcelona. Empezó un proceso de casting aquí en Barcelona, pero al mismo tiempo María Lagreca le pregunta a Pablo Messiez, que es un director argentino afincado en Madrid y que también trabaja en Barcelona, y al cual yo conozco. Él me ha visto trabajar y dice mi nombre. Al mismo tiempo Juan, que estaba un poco involucrado en ver quién iba a ser el otro personaje, pregunta a un conocido suyo, al que también yo conocía, y el mismo día le llega mi nombre a Lucio por dos lados distintos. A partir de ahí, como si eso fuese una señal, Lucio se puso en contacto, supongo que miraría algo de mi material, y a partir de ahí me envió el guión. A mi el guión me fascinó desde el principio, hablaba de muchas cosas que me interesaban, mi personaje tenía más o menos mi misma edad y hace balance de cosas que a mi me tocaban, y en ese sentido el personaje me llegó muchísimo.
Carlos.- ¿Y qué ha representado para ti participar en esta película?
RAMON PUJOL.- Para empezar, algo muy guay, que es poder hacer mi primer “prota” en cine, luego el poder hacer un cine que es el que me ha gustado toda la vida, el que siempre me ha interesado. De hecho, una de las referencias que me mencionó Lucio es Cuento de Verano, de Rohmer, que es una de mis películas favoritas, y para mi eso fue un flashazo muy importante. Han ido pasando un montón de cosas positivas con esta película, festivales alrededor del mundo, premios, estreno en el MoMA de Nueva York. Para mi es un regalo muy grande del que estoy muy agradecido.
Carlos.- Lucio, empieza la película, y la primera palabra no la escuchamos hasta transcurridos 12 minutos y 30 segundos. Hasta entonces no hay diálogo, ¿qué querías transmitir con ello?
LUCIO CASTRO.- Pues quería contrastar el personaje de Ocho, solo en una ciudad. Es muy diferente cuando estás acompañado que solo en una ciudad, parece como si el tiempo transcurriera más lento, el tiempo está más distendido. Quería mostrar también que el personaje de Ocho se encontraba en un período más introspectivo, y me servía también como foco gradual hacia el encuentro con Javi, en el sentido de darnos cuenta que es un personaje que está medio buscando algo en su vida, que está pasando por algo, y cuando por fin habla nos damos cuenta de qué es lo que está pasando, y que todo esto que comento es verdad. A parte, creo que ese tiempo ayuda a enfocar la tensión de él con el personaje de Javi. En definitiva, tiene que ver mucho con la soledad del personaje y el viaje interior por el que está pasando.
Carlos.- Lucio, ¿cómo manejaste los saltos temporales en la película?
LUCIO CASTRO.- La idea de no marcar el primer salto temporal fue más como hablar de la idea de la memoria y no desde el pasado objetivo, y me parecía interesante la idea de que uno realmente no se acuerda de cómo era en el pasado, sino que se ve como es ahora pero en el pasado, por eso cuando vemos una foto de cuando éramos jóvenes nos sorprendemos, porque nos olvidamos de cómo éramos. Así obviamente es más sencillo, no hay que reconstruir localizaciones, y la línea temporal entre pasado y presente es muy fina, con lo que el espectador tiene que estar más atento, y eso es algo que también buscábamos. A mi me gusta como espectador que el director me haga trabajar un poquito, es una oportunidad de meterte más en la película.
Carlos.- Para ambos, ¿qué importancia tiene Barcelona en la historia?
RAMON PUJOL.- Tiene mucha importancia. Hemos de pensar que los dos personajes principales están en Barcelona, una ciudad que no es la suya, pero que precisamente por eso ello les permite un poco que se suelten de su día a día y ser un poco más auténticos como personas.
LUCIO CASTRO.- Barcelona es lo primero que tuve en el guión, tenía muy claro que quería que la película transcurriese en Barcelona, hay algo pasajero, intimista en esta ciudad, me encanta que tenga cultura propia, me encanta que tenga mar, me gusta su luz, que se hable en castellano y también en catalán, pero la verdad es que la elegí porque en ese momento era una ciudad para mi desconocida, que no la conocía demasiado, y ahora la amo. Como no la conocía, me resultaba más fácil escribir sobre un personaje como turista, como yo me vería.
Carlos.- Lucio, si no me he informado mal, rodaje en 12 días, presupuesto pequeño y un equipo de menos de diez personas. ¿Podemos decir que las buenas historias no entienden de presupuesto?
LUCIO CASTRO.- Totalmente, este ha sido el mejor de los aprendizajes con esta película, uno puede contar una historia con muy poquito. Esta película me costó menos que un corto que hice antes de la misma. Realmente no hace falta demasiado para que la gente pueda conectar con una historia.
Excelente entrevista Carlos.
ResponderEliminarGracias.