Tótem, la nueva película de Lila Avilés (seleccionada para representar a México como Mejor Película Extranjera en Premios Óscar por La Camarista y candidata a Mejor Película en los Goya 2020), participa en la Sección Oficial de la Berlinale. Se trata de un retrato íntimo acerca de una familia y de las complejidades y singularidades de ésta, vista a través de los ojos de Sol, una niña de siete años.
La película supone el debut como actriz de la joven Naíma Santíes, completan el reparto las actrices Montserrat Marañón, Marisol Gasé, Saori Gurza, Teresita Sánchez y el actor Mateo García Elizondo.
Tótem es una coproducción entre México, Dinamarca y Francia, la película será distribuida en cines en España de la mano de ADSO FILMS.
Sinopsis: Sol, una niña de siete años, se encuentra en casa de su abuelo ayudando con los preparativos de una fiesta sorpresa para su padre. A medida que avanza el día, un ambiente extraño y caótico se apodera lentamente de la situación, fracturando los cimientos que mantienen unida a la familia. Sol llegará a comprender que su mundo está a punto de experimentar un gran cambio, uno que abrirá el camino al misterio de celebrar la vida.
Sobre su proyecto, Avilés explica que: "Quería hacer una película sobre la comunicación, sobre la virtud de las relaciones humanas y su comunión con la naturaleza. Quería crear un personaje principal que ya es maduro incluso a los siete años, una niña que puede con la capacidad de estar despierta e intenta crear un mundo con su propia mirada."
NOTAS DE LA DIRECTORA
Mi interés en Tótem era seguir retratando la vida cotidiana desde un punto de vista muy íntimo, mirar dentro de las cosas. Me gustan los microcosmos, la esencia de las cosas, las matrioskas, las pirámides, las cosas que contienen otras cosas. Como el tema central era el concepto de hogar, quedarme en un sitio fue mi respuesta inmediata, de sentido común, a la sencilla premisa de la película. No es que quiera ser una "directora de una sola localización", simplemente sucedió.
Tótem es una historia sobre la familia y los amigos. Por lo tanto, también sabía que tenía que hacer hincapié en los personajes y en su forma de comunicarse. Me encanta la jerga. Incluso cuando no es más que cháchara, hay algo ahí que ya contiene su propia carga de transformación lingüística, la conciencia de que las palabras importan, palabras que se convierten en microuniversos dentro del propio lenguaje. La mayoría de las familias tienen formas de comunicarse que son casi como un nuevo idioma. No hablas con tu padre igual que con tu madre o con tu perro. Esta diversidad me fascina, aunque es muy difícil de transmitir, pero la energía de las palabras que nunca pierdes me interesa mucho.
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