miércoles, 4 de septiembre de 2024

ENTREVISTA A LUIS PRIETO Y VALÈRIA SOROLLA - DIRECTOR Y ACTRIZ EN "ESTACIÓN ROCAFORT"

Este viernes 6 de septiembre
llega a los cines de toda España, de la mano de Filmax, Estación Rocafort, el nuevo proyecto del director afincado en Estados Unidos, Luis Prieto, que hace un alto en su extensa trayectoria americana (Shattered, Kidnap, Pusher) para filmar esta inquietante película de terror y suspense que transcurre en el metro de Barcelona.

Protagonizada por Natalia Azahara (A través de mi ventana) junto a Javier Gutiérrez (La isla mínima, El Autor, Campeones) y Valèria Sorolla (nominada a Mejor Actriz Revelación en los Premios Goya 2023 por La consagración de la primavera), la película nos sumerge en las entrañas del metro de Barcelona adentrándonos en el corazón de las inquietantes leyendas urbanas que rodean la estación de Rocafort.

Estación Rocafort no es solo una película de terror, sino también un thriller psicológico que profundiza en la leyenda urbana de la estación maldita de Rocafort en Barcelona. Es una película inquietante, definitivamente no apta para aquellos que se asustan fácilmente. Una película que se queda contigo, que transforma una actividad rutinaria -como es coger el metro por la noche- en una experiencia emocionante y escalofriante a la vez. Te deja una sensación de inquietud difícil de sacudir, y algunos se preguntarán si realmente están solos o si algo siniestro les acecha desde la oscuridad de un túnel. Después de verla, muchos espectadores podrían pensarlo dos veces antes de viajar en metro por la noche.” apunta el director, Luis Prieto.

SinopsisUn misterio que durante años ha sacudido a la estación de Metro de Rocafort en Barcelona entra de lleno en la vida de Laura (Natalia Azahara) cuando empieza a trabajar en esta vieja y tranquila parada. No tardará en descubrir una leyenda que la empezará a perseguir: allí ha muerto mucha gente en extrañas circunstancias. Laura, decidida a descubrir la verdad, pedirá ayuda a Román (Javier Gutiérrez), un curtido expolicía que alberga sus propios demonios relacionados con el caso. Lo que sea que ocurre en la estación maldita sigue sucediendo a día de hoy. Irá a por ella, y a por todos los que la rodean.

Estación Rocafort
 nace de la voluntad de Showrunner Films de hacer una película de terror donde Barcelona estuviese en el centro de la historia, y con el deseo de volver a poner en valor el “sello de terror español”, con capacidad para cruzar fronteras.

Con guion original de Iván LedesmaÁngel Agudo y el propio Luis Prieto, completan el equipo el director de fotografía Marc Miró (Rainbow); Sarah Webster, la directora artística habitual de Prieto; la montadora Beatriz Colomar y la diseñadora de sonido Laura Díez (Los renglones torcidos de DiosVenus).

En Estación Rocafort, la Barcelona más tenebrosa surge como el viento de la boca del metro y te persigue por la ciudad, telón de fondo de una historia de terror que recoge fabulaciones inspiradas en hechos reales sucedidos en el metro de Barcelona. “Queremos que los espectadores reconozcan en pantalla la ciudad y la estación de metro por la que podrían pasar cada día para ir al instituto o el trabajo. El público verá hacerse realidad las leyendas que alguna vez ha oído y nunca ha querido creer”, afirman los productores Vicente Canales, Julieta Videla, Núria Valls y Adrián Guerra.

Estación Rocafort es una producción de Showrunner Films y Nostromo Pictures. La película también cuenta con Filmax para la distribución nacional, Film Factory para las ventas internacionales y la participación de Netflix, junto a Mogambo CreaSGR y el apoyo en la financiación de Caixabank.

Sobre el director

Foto: web alteregoth.com
El director madrileño Luis Prieto se graduó en 1994 en el prestigioso Instituto de las Artes de California (CalArts) en Los Ángeles. Su multipremiado cortometraje “Bamboleho” ganó más de 45 premios en festivales internacionales entre los que se incluye el premio a mejor cortometraje en el Festival de Cine de Tribeca (Nueva York) de 2002.

Hasta el momento, Prieto ha dirigido 5 largometrajes entre los que se encuentra “Kidnap” protagonizada por Halle Berry y producida por Lorenzo Di Bonaventura, PUSHER, producida por Nicolas Winding Refn y el éxito italiano “Ho Voglia Di Te” ($19M en la taquilla italiana) distribuida por Warner Bros Pictures. Como documentalista ha firmado el largo documental sobre las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 “The Disunited States of America” producido por Sky.

También ha dirigido numerosas series de televisión como “White Lines”, serie de Netflix creada por Álex Pina, el creador de “La Casa de Papel”. Para Sony Pictures Television ha dirigido “The Oath” (protagonizada por Sean Bean), "Snatch” (protagonizada por Rupert Grint) y "StartUp” (protagonizada por Martin Freeman) entre otras.

Ahora, estrena su nuevo largometraje “Estación Rocafort”.

Gracias a nuestras amigas de Relabel Comunicación hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Luis Prieto y Valèria Sololla, con motivo del estreno de la película. Éste es el resultado de la entrevista.

Carlos Penela.- Luis, ¿cómo surge la oportunidad de cruzar el charco y venir a rodar a España y cómo ha sido esta experiencia?

LUIS PRIETO.- Es curioso porque, efectivamente, yo tengo una carrera con varias películas, pero este es mi primer proyecto que ruedo en España, 100 % producción española. Yo viví en Barcelona hace ya bastantes años, aquí fue donde rodé mi primer cortometraje, Bamboleho, que estuvo nominado para los Goya. Ya cuando estuve aquí escuché hablar por primera vez sobre la leyenda urbana de la Estación Rocafort, me pareció algo interesante, como madrileño que viene a Barcelona y descubre una historia particular de esta ciudad. Hace dos años, los productores a los que conozco, y con los que habíamos intentado hacer algún proyecto anteriormente, pero con los que nunca habíamos podido coincidir, entre fechas, proyectos y demás, me proponen la idea de rodar una película inspirada en la leyenda urbana de la Estación Rocafort. En esos momentos, recuerdo un poco de lo que va todo, leo un poquito más sobre esa leyenda, a ver de qué se trata, y es cuando empiezo a descubrir que hay un origen real de hechos históricos que son los que han alimentado esa leyenda: durante la construcción de la estación murieron numerosos trabajadores (fue la primera vez que la muerte, por así decirlo, llegó a ese espacio); durante la Guerra Civil la Estación de Rocafort fue un refugio antiaéreo, murieron cientos de personas en los bombardeos mientras corrían la estación a refugiarse; luego, en los años 80 hay un gran número de accidentes, personas que caen a las vías por accidentes fortuitos o una abundancia de suicidios o gente que intenta suicidarse en la propia estación; etc. Como ves, por un motivo u otro, esa atracción de fatalidad, de horror, de muertes atroces, genera esa leyenda urbana. Dónde termina la realidad es relativamente fácil saberlo, dónde empieza el resto ya es lo que es más complicado, y, obviamente, habrá personas que creerán que aquí hay algo más y otros que no. Lo que sí es cierto es que como lugar es un lugar, cuanto menos, inquietante e incómodo. Ya el metro de por sí puede ser un lugar incómodo (al final no deja de ser un túnel con oscuridad en ambos extremos), con lo que sabiendo toda esta historia sobre la estación, la incomodidad se pone un poco más tensa.

Carlos Penela.- Valèria, ¿cómo llegas al reparto? ¿Qué nos puedes contar de tu personaje?

VALÈRIA SOROLLA.- Llegué al proyecto a través de un casting que hice para el personaje de Cris. El personaje la verdad es que fue cambiando 
desde la primera vez que leí el guión y a lo largo de los ensayos. Ha terminado siendo un personaje muy misterioso, que de alguna manera mantiene ese aura de misterio toda la película, a la vez que tiene una relación muy bonita, muy intensa y muy apasionada con el personaje de Natalia Azahara (Laura). De alguna manera está allí para para ella, para acompañarla en todo lo que le va sucediendo y viviendo también todo ese trauma, todo ese viaje, descubriendo las entrañas de todo lo que pasa en Estación Rocafort. Pero insisto, mi personaje sobre todo está allí para Laura, haciéndole un poco también como de espejo a veces, como de acompañamiento. Luego yo creo que también está toda esta parte en la que imagino que como espectador piensas "¿de dónde sale este personaje?", "¿cuál es la relación de Cris con todo eso que está pasando?", porque ella también trabaja en el metro y también conoce esas historias.

Carlos Penela.- Tu papel es como muy contenido, la gestualidad cobra muchísima importancia. ¿Cómo preparaste el papel?

VALÈRIA SOROLLA.- Ensayamos bastante. Fue un proceso de mucha búsqueda, de ver cada personaje qué es lo que tenía que aportar, y así fue como fue definiéndose mi personaje. Yo soy bastante así, la verdad (risas), pero creo que cada personaje tiene su energía y al final se equilibran unas a otras. 

Carlos Penela.- ¿Cómo fue el proceso de documentación para la película?

LUIS PRIETO.- Por una parte hubo un trabajo de campo, obviamente durante la escritura del guión, pero quizá el trabajo más intenso, por así decirlo, o al menos para mí el más revelador, fue en el momento que empiezas a preparar la película, cuando empiezas a bajar al metro, a las vías del metro, a ver qué localizaciones pueden ser más interesantes e inevitablemente empiezas a hablar con los trabajadores que están allí, gente que se acerca o que están trabajando en ese momento y que cuando se enteran de lo que estás haciendo, empiezan a comentarte cosas: "ah, pues a mí me pasó esto", "yo conozco a la persona que estaba aquí cuando ocurrió esto otro", etc. Entonces, de repente empiezas a tener más información de la que te gustaría tener, a veces porque son historias macabras y otras veces porque son historias que rayan a lo mejor lo paranormal, entre comillas, que no sabes qué está sucediendo. Por ejemplo, hay una anécdota que al respecto que me gusta contar, que es que durante el rodaje de la película, estamos un día rodando en un túnel, obviamente, cuando ruedas en un túnel es una línea recta, tienes a los actores y al equipo en un lado, como estás siempre trabajando en un metro, esas vías que están comunicadas con el resto de la red metropolitana están vivas en algún momento. La demarcación donde puedes estar es muy seria y no es para bromas. Es decir, tenemos aquí 20 metros y no puedes ir más allá de los 20 metros porque los 100 metros pasa un tren. En una de estas, estamos rodando una noche a las tres de la madrugada y de repente alguien apunta al extremo donde se supone que no tiene que haber nadie porque estamos todos en la otra dirección, y dice "allí hay alguien". Yo digo "a ver un momentito, corten. A ver, estamos rodando y allí no puede haber nadie porque eso estropea el plano. ¿Eso no somos nosotros, no?". Recuerdo que estaba Natalia que empieza a dar saltitos diciendo "ay, por favor, no digáis tonterías, que me ponéis nerviosa". Javier Gutiérrez, ya un más curtido actor que lleva muchos rodajes, sin decir una palabra, pero medio mirando el reloj dice "señores, que son las tres de la madrugada, ya está, venga va, vamos a seguir rodando". Hay unos instantes donde está todo el equipo técnico, mirándose, riéndose con nerviosismo, y el responsable de transportes de Barcelona suelta "es posible". ¿Perdón? ¿Cómo que es posible? "Sí, sí, es posible que hayas visto a alguien". ¿Pero bueno, quién puede estar allí? No puede haber nadie. Y de repente dice "sí, a veces se cuelan grafiteros o exploradores urbanos, así que igual sí has visto a alguien". Por una parte no sé si eso te deja o no más tranquilo, y yo le pregunto "¿y eso cómo lo sabes?", y me dice "bueno, porque a veces nos hemos encontrado con los cadáveres, es decir, gente que ha entrado al metro y se ha perdido". Parece imposible, pero si tú lo piensas la distancia que cubre el metro de Barcelona es la distancia entre Barcelona y Andorra. Por la noche, a oscuras, uno se puede perder. Esos comentarios de la persona que trabajaba de responsable de la metropolitana de Barcelona, que en teoría eran para tranquilizar, puso más nerviosos aquellos que no lo estaban. Tenías de repente a aquellos que pensaban que igual había sido una persona de carne y hueso y aquellos que pensaban que igual había sido la historia que estamos contando. La película, por el hecho que la rodamos allí, intenta captar ese mundo, y nunca sabes dónde empieza la realidad y dónde comienza tu imaginación, eres un prisionero de eso.

Carlos Penela.- ¿Cómo es la logística de rodar en el metro? ¿Cómo os habéis sentido?

LUIS PRIETO.- La logística ha sido muy complicada. El metro no se cierra, trabaja 24 horas, el público no puede ir de 1 a 5 de la mañana porque a esas horas el metro está cerrado para el público, pero el metro sigue estando abierto para operaciones de mantenimiento, etc. Aquellas escenas que están rodadas en los andenes están rodadas de noche. Eran días de trabajo de cuatro horas, lo cual es muy complicado porque tienes que bajar equipo técnico, luces, actores, vestidos, etc. Tienes cuatro horas para bajar y subir, porque no le puedes explicar a nadie que llame a las cinco de la madrugada a su trabajo, que va a llegar tarde porque en el metro se está haciendo una película. Gestionar todo eso fue muy complicado. Cuando estás abajo, en las vías, sólo el hecho de subirse al andéns ya es un esfuerzo, no es tan fácil como decir "salgo 5 minutos y ahora vuelvo". Las secuencias están rodadas en las vías, todo es real, todo es la metropolitana de Barcelona, aunque a veces hemos rodado en secciones de vías abandonadas o vías que eran de servicio, donde pasaba un tren cada dos u ocho horas. El hecho de que estés en una localización real, y no en una localización que está diseñada para ir a rodar una película, complica todo mucho. Vimos todo el subsuelo, vimos toda la metropolitana y había lugares increíbles. Uno de esos lugares que son increíbles, después de que nos lo enseñaran, nos dijeron que allí no se podía rodar, pero gracias a la insistencia, tanto de los productores como de la cabezonería del propio director, logramos rodar allí el último día, de dos de la madrugada a tres, una hora. Nos dejaron rodar una escena en un lugar que es impresionante, lo llamamos La Catedral. Es muy bonito poder rodar en una locación real que es tan bonita, aunque sea muy difícil de rodar, pero es que merece la pena. 

VALÈRIA SOROLLA.- Yo creo que todo eso también se traslada al trabajo de los actores, porque al final, ya cuando es un "rodaje normal", por llamarlo de alguna manera, hay poco tiempo y tienes que ser lo máximo justo posible, en el caso de Estación Rocafort más, porque había que hacer muchos planos en muy poco tiempo, y creo que eso de manera inevitable se traslada a tu trabajo. Pero bueno, también he de decir que, como actriz, en ningún momento sentí ningún tipo de presión, y eso también se agradece. El ambiente era difícil, la atmósfera, el calor, no es un espacio cómodo para rodar, pero por otro lado también había muy buen rollo, y con mucha claridad todo el mundo sabía lo que tenía que hacer en esos momentos, creo que eso también ha ayudado mucho.

Carlos Penela.-  En la película, evidentemente, el sonido es fundamental y quería Luis si nos podías hablar del trabajo de Laura Díez.

LUIS PRIETO.- Bueno, Laura hizo un trabajo maravilloso. Hay que decir además que mientras hicimos la película estaba embarazada casi de nueve meses, o sea, que además de maravilloso y complicado, se entregó en cuerpo suyo y de su bebé a la película. Efectivamente, era muy importante capturar los sonidos del metro, desde el primer momento, cuando entramos allá abajo, todos nos dimos cuenta de que aquello era algo que realmente te ponía los pelos de punta, ¿sabes? Estar allí en esas vías, sentir esa vibración baja, esa frecuencia baja que luego de repente se convierte en una frecuencia alta, es algo muy parecido al sonido de un terremoto. Yo vivo en California, he vivido un par de terremotos y es exactamente lo mismo. Esas vibraciones de las vías, que luego empiezas a oírlas, eso, la verdad, es que te pone los pelos de punta, y eso desde el principio era muy importante capturarlo. Cuando estás rodando, un poco por lo que comentábamos antes, ibas tan rápido que a veces, obviamente, el sonido es perfecto, pero no has podido capturar todo eso que te gustaría porque no has tenido tiempo. Entonces, una vez que acabamos el rodaje, Laura bajó a las vías con su equipo y estuvieron grabando esos sonidos que yo había vivido, que había oído, pero que no habíamos podido grabar limpios por así decirlo. Usó todo tipo de micrófonos, técnicamente se me escapa, micrófonos acuáticos, submarinos, de contacto, no sé, hicieron todo para capturar ese mundo. Eso era muy importante para mí que estuviese en la película.  Trabajando con la compositora también hicimos que la música fuese parte también de ese mundo, de esa atmósfera. Tanto la música como el sonido, digamos, trabajan juntas, a veces no sabes dónde empieza una y dónde comienza la otra, a veces no sabes si lo que escuchas es música o si estás escuchando los propios sonidos del metro, porque también la compositora usó esos sonidos del metro para crear su banda sonora. En definitiva, se trataba de crear ese mundo que vivimos allá abajo, crearlo en la película, porque me parecía que transmitía mucho.

Carlos Penela.- La última, ¿qué habéis aprendido y con qué os quedáis haber hecho Estación Rocafort?

VALÈRIA SOROLLA.- Yo me he adentrado en un código que no había tocado hasta ahora, o no de manera tan directa, por lo menos, y que me ha gustado mucho. Creo que a pesar de que mi personaje no es una scream queen como tal, sí que hay algo de todo ese código que es muy divertido, y que a veces responde más a sensaciones, a impulsos. Hay algo que es muy placentero y creo también que como espectador lo vives así. Evidentemente, no es una película cómoda de ver, pero la experiencia es divertida también, en cierta manera. Como actriz me llevo precisamente eso, lo mágico que es trabajar con un género que a la vez te pone en una situación muy incómoda y a la vez muy divertida.

LUIS PRIETO.- La película es intensa, es un thriller psicológico intenso. En mi caso, debo decir que como he vivido esa película durante mucho tiempo, no solo durante su escritura, también durante el rodaje y durante el montaje, siento que la película se ha quedado conmigo, y creo que le va a pasar lo mismo al espectador. La experiencia de ver la película se queda contigo, y quizá mi aprendizaje ha sido no coger el metro por la noche, evitarlo a toda costa, evitar ese mal momento (risas). 

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