Las actrices Candela Peña (Consentimiento - Magüi Mira; Los vecinos de arriba - Cesc Gay) y Pilar Castro (El chico de la última fila – Andrés Lima; Invencible – Daniel Veronesse; Metamorfosis – David Serrano) se subieron al escenario del Teatro Borràs en Barcelona desde el pasado 26 de abril para dar vida a la obra de Mike Barlett. La adaptación de la obra de teatro está hecha por Jorge Kent y la dirección está a cargo de Israel Solá (Austràlia y nominado en 2021 a los Premios Butaca como mejor director por De què parlem mentre no parlem de tota aquesta merda.)
Constantemente oímos que deberíamos estar agradecidos por tener un trabajo, que el peor de los trabajos es mejor que no tener ninguno y que tal y como está todo es mejor no quejarse. Y es que en un mundo donde nos dicen que todo está a punto de reventar -la crisis climática, la crisis económica, la crisis energética, la guerra nuclear, las pandemias que han de llegar, ¿quién tiene ánimo de soñar con un futuro mejor y luchar para conseguirlo? Si a duras penas conseguimos conservar lo poco que tenemos. Y ese poco, se convierte en nuestra jaula.
El director Israel Solà comenta “Contracciones es una obra llena de suspense. Una reunión sucede a otra en aproximadamente una quincena de escenas de ritmo frenético y diálogos afilados entre una jefa y Emma, su empleada. Al acabar un día quieres saber que pasará en la siguiente reunión -quien cederá, que sorprendente giro dará la situación, como habrá evolucionado todo- como si de un combate de esgrima se tratase.”
Jorge Kent ha adaptado y traducido la obra y dice de ella “Como en todos los textos de Mike Bartlett estamos ante una obra con diálogos precisos. Una partida de poker entre emociones humanas y algoritmos corporativos. Meticuloso en la selección de cada palabra, puntuación o silencio, esconde siempre detrás de cada parlamento un doble fondo, una caja de pandora a punto de ser abierta para dejar salir toda la rabia, angustia, dolor, sangre o vómito de sus personajes.”
Sinopsis
Contracciones explora la invasión creciente de las grandes compañías en la intimidad de sus empleados. Con hábil precisión se muestra a una mujer en un cargo de poder que entrevista a Emma, de la sección de ventas, acerca de su vida amorosa. Al principio, hay algo cómico en la definición legalista de la empresa de lo que constituye una relación romántica o sexual. Esto, sin embargo, se convierte en lascivia mórbida cuando la gerente exige detalles íntimos de la aventura de Emma con un colega, Darren.
Las campanas de alarma suenan cuando la relación se prolonga demasiado. El embarazo de Emma conduce a la separación forzada de Darren y la manipulación despiadada de todos los aspectos de su existencia.
A través de Emma se muestra cómo la actitud desafiante ante la injerencia corporativa da paso gradualmente al cumplimiento voluntario por parte de los empleados y cómo estos permiten cada vez más que las empresas se adueñen de ellos en cuerpo y alma.
Después del éxito obtenido en Madrid en el teatro Pavón, con el cartel de "No hay localidades", Contracciones tendrá gira por toda España en el 2023 y 2024, y estará en el Tearo Borràs del 26 de abril al 21 de mayo. Hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Israel Solá, director de la obra:
Carlos.- Israel, háblanos por favor de la obra, para quien no sepa nada de ella.
ISRAEL SOLÀ.- Contracciones es una obra con un texto de Mike Barlett, una obra de dos actrices que hacen de una jefa y su empleada. Es una obra que habla de cómo las empresas van poco a poco introduciéndose en la vida personal de las personas, de cómo van pidiendo cosas que traspasan lo que sería la relación entre un empleado y una empresa, y acaban pidiéndote monstruosidades, teniendo un poder absoluto sobre tu persona por el miedo que tenemos todos a negarnos y a parecer como los que no creamos buen ambiente en la empresa, o los que no estamos dispuestos a trabajar en según qué condiciones y, por tanto, personas sustituibles, porque como en la misma obra se dice "hay mucha gente para ocupar tu puesto", y tal y como están las cosas hoy en día no te puedes permitir perder el trabajo. De alguna manera eso es lo que acaba conformando esta obra, que como has visto son 14 escenas donde ellas estan sentadas en una punta de la mesa y la otra, hablando sobre cláusulas del contrato y sobre situaciones que tienen que ver con el entorno laboral en una suerte de tour de force.
Carlos.- ¿Cómo llegan Candela Peña, Pilar Castro en un pimer momento y luego María José Hipólito al reparto de la obra?
ISRAEL SOLÀ.- Candela y Pilar eligen el texto, ellas deciden que quieren hacer algo nuevo, algo juntas, les apetecía hacer una obra de teatro y estaban buscando algo, se plantean incluso escribir una obra, pero al final lo desestiman, y recuperan ese texto que habían ledído hace mucho tiempo, y de golpe les gusta. Ellas cuentan que al volverlo a leer piensan "guau, esto habla muchísimo de las situaciones que vivimos a veces como trabajadoras". Entonces ellas encienden la maquinaria, ellas buscan una productora, un distribuidor, y en una reunión que tienen producción-distribución y las actrices se plantean quién podría dirigir el texto y ahí es donde llego yo. Alguien dijo mi nombre en esa reunión y me llaman y me lo ofrecen. Yo soy el último en subirme al barco, es como un encargo que me hacen que a mi me parece un regalo caído del cielo en realidad. Para mi suponía irme a crear a Madrid durante dos meses, ir a dirigir una obra que me parece muy interesante, encima con dos actrices que son dos primeras espadas, así que fue muy interesante.
Por otro lado, María José Hipólito entra en escena porque Pilar Castro, de golpe, uno de los trabajos que tenía que podía combinar con sus funciones en Barcelona, que era que grababa una serie , le dicen que hay unos días que tiene que ir a grabar exteriores a Asturias, por lo que las dos tareas se vuelven irreconciliables. María José había participado en todo el proceso de creación, ella había estado en todo el proceso viendo los ensayos con nosotros, haciendo un seguimiento de la obra también, así que no hubo mejor opción. Ella sabía lo que había que hacer porque lo ha visto, sabe la esencia del espectáculo, así que nos pareció muy lógico ofrecerle a ella sustituir a Pilar los días que no estuviera.
Carlos.- Es curioso como las risas en algunxs espectadorxs respecto a las primeras situaciones de la obra se vuelven en silencio absoluto o manifestaciones de desaprobación hacia el final
ISRAEL SOLÀ.- Bueno, esto es porque nos hace gracia cuando estamos viendo cuando te preguntan si has follado con tu marido porque piensas "menuda barbaridad, cómo le han preguntado eso", pero no nos damos cuenta de que en realidad es terrible. Y no es hasta que la obra decide hacer una hipérbole respecto a la misma situación que nos damos cuenta, ¿no? En el sentido de "imaginaos que en lugar de esto os estuvieran pidiendo esto otro". Es cuando dices "hostia, esto es muy heavy". Y es cuando piensas que igual que has accedido a lo primero, ahora qué herramientas tienes para negarte a lo segundo. Ninguna. Ahí yo creo que a la gente se le congela la risa y sí, es un espetáculo que es una gran comedia pero que concluye con un final que no es nada amable, y que nos refleja que estamos bastante vendidos ante este funcionamiento.
Carlos.- ¿Qué crees en general, trabajamos para poder vivir o vivimos para trabajar?
ISRAEL SOLÀ.- Deberíamos trabajar para vivir, pero sin duda la sociedad nos lleva al consumismo, a ser adictos al trabajo, y realmente todas las ansiedades y el boom de las enfermedades mentales que vivimos tienen que ver con una mala gestión del trabajo. Realmente es un problema más grave de lo que nos creemos...
Carlos.- Lo sé, te está entrevistanto uno que está pasando por eso, o sea que...
ISRAEL SOLÀ.- Joder, lo siento mucho, son situaciones muy complicadas, el moobing laboral, incluso replantearse qué estás haciendo, si es lo que te gusta o no te gusta. Al final, a las empresas, a los Gobiernos, lo que les interesa es tenernos aislados del resto de nuestros compañeros, a hacernos creer que no hay otra posibilidad, a introducir miedo, porque son cosas que te desarman como individuo y te sientes incapaz de decir "no tengo por qué hacer esto".
Carlos.- ¿Qué es peor, ser un jefe cabrón o ser un empleaso sumiso?
ISRAEL SOLÀ.- Creo que en realidad son dos caras de la misma moneda. Evidentemente, siempre a la víctima hay que disculparla, tiene menos peso en cualquier relación tóxica la víctima que el verdugo, pero al final sí que hay que entender que es un círculo vicioso que se está retroalimentando, si no te plantas y dices "basta", esto no va a cambiar.
Carlos.- ¿Notáis alguna diferencia en el público respecto a la recepción de la obra en Madrid y en Barcelona?
ISRAEL SOLÀ.- No, desde mi punto de vista no. Siempre es una cosa que me preguntan mucho, pero es que las sociedades no somos tan diferentes al final, los públicos de un sitio u otro acaban teniendo los mismos anhelos y el mismo sentido del humor. Madrid y Barcelona son tan cercanas que yo veo la obra y funciona absolutamente igual. A mi me parece que a la gente le hacen gracia los mismos chistes, le parecen terribles las mismas frases y un poco podría decirte que no sabría diferenciar si están en Madrid o en Barcelona haciendo la función.
Carlos.- ¿Dónde más vais a llevar la obra?
ISRAEL SOLÀ.- Pues mira, la obra ya ha hecho gira de por sí. Desde que salió de Madrid y antes de llegar a Barcelona ha podido ir a Burgos, por ejemplo. Luego tendrán todo un año de gira por Donosti, por Miranda de Ebro... van a recorrer España entera.
Carlos.- ¿Qué estás aprendiendo con Contracciones?
ISRAEL SOLÀ.- Mogollón de cosas: a dirigir actrices con un gran talento y con mucho carácter o a trabajar con una obra que no es propia. Yo trabajo normalmente con mi compañía donde trabajamos textos que hacemos nosotros mismos. No es lo mismo cuando el texto está escrito y te llega a las manos, entonces tienes que plantearte una puesta en escena diferente. También aprendes a gestionar temas como por ejemplo que el público viene a ver a Candela Peña, no viene a ver la obra. Mucha gente tiene un fenómeno fan muy fuerte, Candela y Pilar son dos cabezas de cartel. Total, que al final todo son aprendizajes heavys.
Carlos.- Para finalizar, ¿cómo definirías la situación actual del teatro en nuestro país?
ISRAEL SOLÀ.- Un poco complicada, la verdad. El teatro precariza muchísimo a los artistas que viven de él. Es un oficio en el que nadie te asegura tener un trabajo estable, por lo que para poder ejercerlo al final tienes que acabar trabajando de otras cosas. En muy pocos trabajos se pide que un trabajador haga algo y luego tenga que hacer otra cosa para poder vivir. Hay opciones europeas que se han creado de una forma muy protectora de la Cultura, formas que permiten no tener que perder creadores por el camino. Al final tengo la sensación de que vamos perdiendo talento. Deberíamos tener un ecosistma lo suficentemente fuerte y activo para que nuestras figuras puedan brillar. Todos sabemos que para hacer unas olimpiadas en Barcelona se invirtió en deporte una barbaridad de dinero, pues al final es entender que eso es una apuesta a largo plazo. La inversión de dinero en Cultura traerá Cultura, y eso es proyección en nuestro país. Creo que ahora estamos en una época de tirar de lo hecho, que está bien, pero también hay que crear las artes escénicas. Lo vimos en la pandemia, la gente no quería ir al cine, quería ir al teatro, quería la experiencia en vivo. Una película, salvando las distancias, la ves en tu casa.
Me parece genial la entrevista. No soy de ir mucho al teatro, la verdad. Pero tras la entrevista y en concreto esta obra, me apetece muchísimo.
ResponderEliminarGracias Carlos.