En "El último late night" los hermanos Cairnes, que hasta la fecha habían dirigido dos largometrajes de terror, "100 Bloody Acres" (2012) y "Scare Campaign" (2016), demuestran su dominio del género con una película que adopta la estética y las formas de un programa de televisión de finales de los 70, "Búhos nocturnos", un espacio de entrevistas que presenta el popular Jack Delroy (David Dastmalchian). Después de la muerte de su mujer, Delroy ha vivido momentos muy complicados y las audiencias de su programa lo han acusado. Dispuesto a recuperar el interés de los espectadores, decide montar el especial de Halloween más sonado de la televisión estadounidense, sin ser consciente de la maldición que está a punto de desatar sobre todos los hogares del país.
Además de películas como "El rey de la comedia", de Martin Scorsese, o "Network, un mundo implacable", de Sidney Lumet, los hermanos Cairnes citan como gran referente de "El último late night" un programa de televisión australiano de los años 80, "The Don Lane Show": "Don era una figura curiosa, ni siquiera era australiano; de hecho, era un artista de un club nocturno del Bronx de más de metro noventa que, gracias a su perseverancia y un poco de buena suerte, terminó presentando el programa de entrevistas más exitoso de Australia", recuerdan. Los directores rememoran un momento en particular del programa, cuando Don Lane abandonó de mala manera su propio programa tras discutir con un mago escéptico que se había despachado a gusto en la radio contra la vidente Doris Stokes, colaboradora de "The Don Lane Show", acusándola de ser un fraude. "Aquel extraño momento se quedó en nuestra memoria y, en última instancia, definió el tono de la película que íbamos a hacer", reconocen.
El mayor reto de la película era recrear un programa de televisión supuestamente emitido en 1977 y hacerlo verosímil en 2024. "Nos decidimos por seguir una metodología sencilla, abordar la producción de la película como si fuese un programa de aquella época", explican los hermanos Cairnes: "Eso significaba el uso de tres cámaras de pedestal, una rejilla de iluminación compuesta exclusivamente de lámparas de época, una banda de jazz interpretando las partituras meticulosamente arregladas, etc". El otro gran elemento sobre el que se sostiene la película es la magistral interpretación de su protagonista, David Mastmalchian ("El Caballero Oscuro"): "Fue una alegría particular ver a David asumir el papel del encantador e imperturbable presentador y al mismo tiempo observarlo, lenta pero inexorablemente, dejar que la audiencia se enterara de la problemática vida interior de su personaje", concluyen.
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