Film Symphony Orchestra, la orquesta más peliculera, ha ofrecido al público de Madrid (31 de diciembre) y al de Barcelona (1 de noviembre) DRACUL, una experiencia que ayer por la noche nos dejó “sin respiración” en un recorrido por las mejores bandas sonoras del cine de terror y suspense. Disfraces, sorpresas y una atmósfera espectral envolvieron a los asistentes en un espectáculo que ha rindido homenaje a los clásicos que nos han hecho saltar de la butaca.
Dirigida por el carismático Constantino Martínez-Orts, la FSO nos ha llevado por un viaje divertido y “terrorífico” por los temas que dan vida a brujas, vampiros y criaturas legendarias. Halloween se ha vivido en grande con esta cita que convierte la música en el hilo conductor de una experiencia irrepetible, pensada para todos los públicos y perfecta para disfrutar en compañía.
El show ha contado con una ambientación especial, la energía contagiosa de los comentarios de Constantino Martínez-Orts y sorpresas exclusivas que han hecho que la experiencia sea, literalmente, “de miedo”.
Gracias a nuestras amigas del Relabel Comunicación hemos podido entrevistar al director de la Film Symphony Orchestra, Constantino Martínez-Orts. Éste es el resultado de la entrevista, que os ofrecemos en nuestra colaboración con MagaZinema:
Al igual que en anteriores ediciones, la orquesta ha invitado al público a acudir con sus mejores disfraces para vivir Halloween en clave sinfónica y divertirse con un repertorio que ha abarcado obras de compositores legendarios como John Williams, Jerry Goldsmith, Bernard Herrmann, Danny Elfman, James Newton Howard o Wojciech Kilar. Hacemos un repaso por las piezas que han formado parte del concierto:
Drácula, de Bram Stoker (El Comienzo) - Wojciech Kilar.- ¡Menudo inicio de concierto! La apertura de Drácula, de Bram Stoker de Wojciech Kilar estuvo llena monumentalidad y carga trágica. El uso imponente de los metales graves y las voces femeninas y masculinas nos evocaron el emblema de la condena y la pasión del conde, y nos transportaron a un lirismo gótico con un equilibrio de horror y romanticismo. ¡Brutal!
Psicosis (Preludio) - Bernard Hermann.- ¡Ay, la ducha, la ducha...! Si os encontráis una ducha sin cortinas aquí tenéis la respuesta. El Preludio de Bernard Herrmann para Psicosis es una pieza paradigmática del suspense musical, por lo que no podía faltar en Dracul. El uso exclusivo de cuerdas, sin percusión ni viento, creando una tensión seca y claustrofóbica, fue espectacular. Y qué decir del célebre motivo en staccato de violines, un ritmo obsesivo que anticipa el desequilibrio psicológico del film. Su precisión rítmica y economía de medios definieron un nuevo lenguaje sonoro para el thriller psicológico.
Tiburón (Tema) - John Williams.- Y seguimos con el agua, pero sin límites físicos, personalmente, a raíz de ver la película, jamás me he atrevido a adentrarme en la playa más allá de donde no toco fondo de pie (!). Nos explicaba Constantino Martínez-Orts antes de empezar el tema, que el tema principal de Tiburón de John Williams fue celebrado como una lección de economía musical y eficacia narrativa. Basado en un ostinato de dos notas en contrabajos y chelos, genera una sensación de amenaza inminente que crece con cada repetición. Ayer recordamos la sincronía perfecta de esta pieza con el montaje y la manera en que convierte la música en presencia del propio tiburón. Su dirección orquestal minimalista pero implacable redefinió el uso del leitmotiv en el cine de terror.
Depredador (Créditos finales) - Alan Silvestri.- Si solo recordáis a Silvestri por Regreso al futuro, aquí tenéis un ejemplo y un incentivo de descubrir su sobra con otros títulos. Increíble la fusión entre percusión militar y texturas sinfónicas tensas, que resumen el tono bélico y salvaje del film. El uso de metales agresivos y percusión tribal, junto a un tratamiento rítmico preciso nos hizo subir nuestros niveles de adrenalina al escucharla. Silvestri combinó armonías disonantes y un pulso marcial que encapsulan la dualidad entre caza y supervivencia, consolidando uno de sus trabajos más potentes de los años 80.
Poltergeist (Caroline's Lullaby) - Jerry Goldsmith.- En los 80 nacieron dos miedos que no teníamos antes, quedarnos dormidos viendo la tele y que al despertar sólo viéramos neblina en la pantalla, y, si vivías en un piso alto (o tenías la suerte de vivir en una casa), que la ventana de tu habitación tuviera cerca un árbol.... Caroline’s Lullaby de Jerry Goldsmith, menuda pieza, una delicada mezcla de inocencia y melancolía, que contrasta con el terror del film. Encontramos la línea melódica para piano y flauta, sostenida por cuerdas suaves que evocan ternura y pérdida, un tema que humaniza el horror y simboliza la fragilidad de la infancia frente a lo sobrenatural.
Señales (Suite) - James Newton Howard.- Increíble minimalismo rítmico y precisión estructural, en perfecta sintonía con la tensión contenida del film. El uso de ostinatos de cuerdas y percusión seca crea un suspense psicológico sin recurrir al exceso orquestal. Un equilibrio economía y elegancia, utilizando la repetición y los silencios como herramientas dramáticas que amplifican el miedo y la incertidumbre. ¡Sublime!
Pesadilla antes de Navidad (Suite) - Danny Elfman.- ¿Qué es? ¿Qué es? ¡El tema que no podía faltar en Halloween! Increíble fusión entre musical gótico y opereta fantástica, reflejando el universo visual de Tim Burton. Fue muy emocionante tener en el escenario cantando al propio Jack Skellington, junto a metales brillantes y percusión juguetona, alternando lo macabro con lo festivo. Sin duda alguna, una partitura que equilibra humor, melancolía y magia visual.
La Profecia (Suite) - Jerry Goldsmith.- Con esta pieza la FSO ponía fin a la primera parte del espectáculo, y qué espectaculo. El audaz empleo de coros invertidos y disonancias corales generaron una atmósfera de blasfemia y fatalidad. Esta pieza, con su estructura coral pseudo-litúrgica y percusión ritual, es una de las más perturbadoras del género. Recordemos que esta banda sonora le valió a Jerry Goldsmith el Óscar en 1976.
Bitelchús (Títulos principales) - Danny Elfman.- ¡Qué mejor manera de iniciar la segunda parte del espectáculo con Bitelchús, Bitelchús..... SILENCIO, no repitáis más su nombre! El Auditori se llenó de energía carnavalesca y tono macabro-burlesco. El uso de metales vibrantes, percusión sincopada y coros irónicos nos sumergieron en una atmósfera de caos controlado. Surrealismo circense y una dinámica dirección de la FSO que encapsula humor negro y vitalidad desbordante desde los primeros compases.
Frankenstein de Mary Shelley (Suite) - Patrick Doyle.- Pasamos a una pieza que destaca por su romanticismo trágico y poder emocional, reflejando la dimensión humana del monstruo. La combinación de armonías intensas y crescendos heroicos realzaron el conflicto entre la creación, el amor y la destrucción.
El Bosque (El camino de grava) - James Newton Howard.- La FSO nos ofreció una pieza alabada por su belleza melódica y contención emocional. El uso de cuerdas etéreas y maderas suaves nos evocaron soledad y esperanza en medio del miedo. Constantino Martínez-Orts dirigió con una sensibilidad casi pastoral, creando una atmósfera de intimismo y misterio trágico.
Alien vs Predator (Réquiem) - Brian Tyler.- Aquí tenemos el ejemplo de que una mala película (a criterio de quien suscribe este artículo), no tiene por qué tener una mala banda sonora, es más, puede ser excepcional, como es éste el caso. La FSO nos ofreció una pieza con una gran potencia orquestal y enfoque épico, devolviendo al universo sonoro del terror a una escala casi operística, que nos llevaron a una sensación de inminente aniquilación.
Casper (Casper`s Lullaby) - James Horner.- Pasamos ya aquí a una atmósfera más familiar en el concierto, y lo hacemos a través de esta pieza cargada de ternura nostálgica y refinado lirismo, una de las melodías más emotivas de James Horner. El uso de piano, cuerdas y celesta construyen una atmósfera de inocencia perdida y consuelo espiritual. Constantino Martínez-Orts dirigió con una delicadeza casi de cuento, fusionando melancolía y esperanza en una pieza que eleva el tono emocional de toda la película.
La Família Addams (Títulos principales) - Mark Shaiman.- ¡Ay, esos chasquidos de dedos inconfundibles! En Barcelona nos faltó un poco de coordinación.... je, je. Los títulos principales de La Familia Addams fueron celebrados ayer por el público por su inconfundible espíritu teatral y sentido del humor macabro. El uso de metales brillantes, percusión ligera y clavicémbalo nos ofreció una orquestación juguetona, logrando un tema que combina sofisticación musical y encanto siniestro.
Las Brujas de Eastwick (La danza del diablo) - John Williams.- La danza del diablo de John Williams fue aclamada en su momento por su virtuosismo orquestal y tono satírico, una de las piezas más exuberantes de su carrera, como pudimos comprobar ayer. Esa fusión entre el clasicismo sinfónico y el jazz diabólico, con un despliegue brillante de cuerdas, vientos y percusión, transformó la escena en un aquelarre musical de ironía, seducción y poder femenino.
Gremlins (Suite) - Jerry Goldsmith.- Mi infancia pasó por delante de mi ayer con esta pieza, recordando el canto de Guizmo, así como las escenas más canallas de Strike y toda su banda de horrendos Gremlins. La FSO nos ofreció una mezcla de humor travieso y terror fantástico, creando un tono único entre la comedia y el susto. Una percusión juguetona, junto a motivos orquestales tradicionales, nos recordaron por qué se dotó a los Gremlins de identidad musical propia. Constantino Martínez-Orts dirigió con maestría el contraste entre melodías dulces y caos disonante, logrando una partitura tan divertida como inquietante.
Coco (Suite) - Varios.- La Suite de Coco, compuesta por Michael Giacchino con canciones de Robert López y Kristen Anderson-López, fue aclamada por su fusión entre la emoción orquestal y el folclore mexicano. La FSO, capitaneada por Constantino Martínez-Orts, nos ofreció un popurrí de piezas de la película, tejiendo melodías que celebran la memoria, la familia y la vida, con una puesta en escena espectacular a cargo de diferentes voces, logrando una de las partituras más conmovedoras de Pixar, así como un cierre de concierto simplemente espectacular.
Como veis, nos lo hemos pasado de miedo, una experiencia absolutamente paranormal (pero para bien). Os recordamos que la Film Symphony Orchestra continúa recorriendo los escenarios de toda España a partir de noviembre con ‘TOON STORY’, su gran gira para esta temporada, con la que nos hará vibrar con la música del mejor cine de animación. ¡os animamos a descubrirla! Entradas disponibles en www.filmsymphony.es





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