Cuando era pequeño (ahora tengo 40 años) recuerdo con nostalgia y cariño algunas películas de Disney (producidas o distribuidas por ésta), como las protagonizadas por el coche escarabajo más famoso de todos los tiempos, Herbie, las protagonizadas por el perro mestizo Benji, o clásicos de su época como La Bruja Novata, Mary Poppins, El vuelo del navegante, Cariño, he encogido a los niños, Colmillo Blanco, Flubber y el profesor chiflado, Tú a Londres y yo a California.
Son películas que, en su mayoría, ensalzan valores de familia, como el respeto a los padres, el ser buenos hermanos, la familia unida o la confianza en uno mismo. También todas ellas despiertan múltiples sonrisas por las situaciones que en ellas se plantean, y donde hay unos malos muy malos y unos buenos muy buenos, sin medias tintas. Las películas de Benji o Colmillo Blanco resaltaban el valor de la amistad, la lealtad y el amor por los animales.
Echaba de menos producciones como las mencionadas, y el fin de semana pasado, post-halloween, tuve la oportunidad de ver junto a mis hijos la nueva película no animada de Disney, y volvieron a mi aquellas sensaciones que tenía al ver las películas de Disney en imagen real, con un resultado altamente satisfactorio.
Esperemos que ahora que Disney no tiene que competir con Pixar en su apartado de animación (tras comprar hace unos años esta última), que entre película y película de Star Wars y entre adaptación a imagen real de alguno de sus clásicos animados, tenga tiempo también, al igual que ha hecho con El Cascanueces y los Cuatro Reinos, de crear nuevas películas en imagen real.
Esta nueva película está inspirada en el cuento clásico de E.T.A. Hoffmann y está dirigida por el director sueco Lasse Hallström (¿A quién ama Gilbert Grape?, Chocolat, Atando cabos, Siempre a tu lado o La pesca de salmón en Yemen) y por el director norteamericano Joe Johnston (Rocketeer, Jumanji o Jurassic Park III)
La sinopsis de El Cascanueces y los Cuatro Reinos es la siguiente: Todo lo que quiere Clara (Mackenzie Foy) es una llave única que abre una caja que contiene un regalo de valor incalculable que perteneció a su difunta madre. Un hilo dorado, que le ofrecen en la fiesta anual del padrino Drosselmeyer (Morgan Freeman), le conduce a la codiciada llave y no tarda en desaparecer en un extraño y misterioso mundo paralelo. Allí es donde Clara encuentra a un soldado llamado Phillip (Jayden Fowora-Knight), a una pandilla de ratones y a los regentes que presiden tres Reinos: la Tierra de los Copos de Nieve, la Tierra de las Flores y la Tierra de los Dulces. Clara y Phillip deben desafiar al terrible Cuarto Reino donde vive la tirana Madre Jengibre (Helen Mirren -en un papel breve pero estupendo, como siempre), para recuperar la llave y, con suerte, reinstaurar la armonía en un mundo inestable.
Nos encontramos ante una película llena de magia y ternura, con una historia que mantiene tu atención durante todo el metraje y con una gran interpretación de su joven actriz protagonista, la estadounidense Mackenzie Foy.
Hoy en día hay quien puede decir que lo políticamente correcto es que un alto porcentaje de películas donde hay cierta acción deben estar protagonizadas por mujeres, al coste que sea. Ese no es el caso de El Cascanueces y los Cuatro Reinos. El personaje de Clara encaja a la perfección en la historia, no está metido con calzador, y no se trata de si se comporta o no bajo los clichés antiguos de chico o chica, sino que lo hace como cualquier persona (con independencia del sexo que sea) que debe actuar y reaccionar ante las situaciones adversas a las que se enfrenta. Creo que en eso Disney tiene ventaja respecto a otras productoras que lanzan algunos películas protagonizadas por mujeres donde estas no son creíbles en el papel, y no por el hecho de ser mujer, sino porque el producto no ha sido bien concebido desde el principio. Disney ha demostrado con producciones animadas como Brave, Enredados o Vaiana, que las chicas son guerreras y que nos divertimos mucho con sus historias, olvidándonos por completo del sexo del personaje protagonista.
Como decía antes El Cascanueces y los Cuatro Reinos tiene mucha magia: la historia, la caracterización e interpretación de cada uno de los personajes, el vestuario, la fotografía, el diseño de cada uno de los mundos (el real y el alternativo) o ciertos iconos de la película, como la caja de música, los "soldaditos" de hojalata, o los "guardianes" de la Madre Jenjibre, por citar algunos.
Una apuesta segura, una película convincente para no olvidar y coleccionar en su momento. Una película con el sello más genuino y auténtico de Disney. ¿Hacen falta más razones para convenceros?
Muy buena reseña...felicidades Carlos
ResponderEliminarGracias Pepe!!!
ResponderEliminarSi cuenta con tu beneplácito seguro que está muy bien.
ResponderEliminarGracias Carlos.
Hombre, para gustos los colores, se agradece enormemente tu comentario Pedro, pero no quiero ser el gurú de nada, que luego si no os gusta vienen las reclamaciones y no tengo oficina montada para ello ;-P Un abrazo!
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