ENTREVISTA A JOAQUÍN MAZÓN Y LANDER OTAOLA - LA VIDA PADRE

Sinopsis: Mikel, un joven y ambicioso chef, recibe la visita inesperada de su padre, desaparecido hace treinta años. En un momento crítico para el futuro de su restaurante, Mikel deberá hacerse cargo del alocado e imprevisible Juan, un verdadero huracán de vitalidad que pondrá a prueba todas sus ideas sobre la cocina y la vida.

La película está protagonizada por el dos veces ganador del Goya, Karra Elejalde y Enric Auquer, también ganador del Goya a Mejor Actor Revelación. Acompañan a la pareja protagonista Megan Montaner, Lander Otaola, Maribel Salas, Gorka Aguinagalde y Manuel Burque. Además, la película cuenta con el asesoramiento y participación del chef alavés, Diego Guerrero, cuyo restaurante Dstage ostenta 2 estrellas Michelin.

Dirigida por Joaquín Mazón y escrita por Joaquín Oristrell, La vida padre es una producción de MOD Pictures, MOD Producciones, Kowalski Films y Lavipa Films y cuenta con la participación de MOVISTAR PLUS+, RTVE, y ETB, con la financiación de ICAA – Gobierno de España y el apoyo de Ayuntamiento de Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia y Arcano Financiación Audiovisual.

La vida padre llega a los cines distribuida por Paramount Pictures Spain. Las ventas internacionales corren a cargo de Film Factory.

Hemos tenido la oportunidad de entrevistar a su director, Joaquín Mazón, y a Lander Otaola, quien interpreta al hermano de Mikel. Este es el resultado de la entrevista:

Carlos.- Joaquín, ¿qué es La Vida Padre?

JOAQUÍN MAZÓN.- La Vida padre es una comedia familiar, generacional, que cuenta la historia de un padre y de un hijo, cosa que creo que es algo muy atractivo porque tanto el binomio padres e hijos o madres e hijas es algo que todos un poco ya conocemos y que no está exento de conflicto. La película es una película divertida, yo creo que es ligera, pero que también tiene algo que contar, y eso era algo que para mi era muy importante, el hecho de contar un reencuentro, el dar una segunda oportunidad a un padre y a un hijo que se reencuentran 30 años después y tienen que conectar, conocerse, y restaurar algunas heridas y algunas cosas, oportunidad que quizás no todas las familias tienen. Yo creo que en ese sentido la película hace un buen viaje, se mueve muy bien entre la comedia y momentos, no digo dramáticos, pero sí más cercanos a ser emotivos. Ese es un poco el objetivo que yo tenía con la película.

Carlos.- Lander, háblanos de tu personaje y de cómo llegas al reparto de la película

LANDER OTAOLA.- Mi personaje es Ander, el hermano de Enric Auquer y el jefe de sala de su restaurante. Así como el personaje de Enric es un personaje más comedido, formal, maduro, yo soy un vividor, un "viva La Virgen", un niño grande. Diría que es el hijo que más ha salido al personaje de Karra Elejalde. Por otro lado a la película llegué a través de un casting en diciembre de 2020, cuatro días después me llamaron que me habían cogido. La película la rodamos en el año siguiente, los meses de mayo a junio, y para mi es un honor, es la cuarta vez que trabajo con Karra Elejalde y es un honor estar en una película así.

Carlos.- ¿Cuáles son los ingredientes y la receta para cocinar una buena comedia?

JOAQUÍN MAZÓN.- Los mejores ingredientes son, primero, el tener algo que contar. Como toda película, sea del género que sea, cuando tienes algo que contar eso el espectador lo detecta y luego ya como espectador me río o no me río, paso miedo o no paso miedo (según el género de la película), pero lo primero es tener algo que contar, y yo en esta película lo tenía muy claro. Luego otro ingrediente fundamental es tener un reparto maravilloso como con el que yo he contado, desde Karra, Enric, Megan Montaner, Maribel Salas, Lander Otaola, etc. te puedo nombrar a todos... Son actores y actrices que tienen una solidez absoluta, pero no solo en comedia, aunque muchos han hecho mucha comedia y se les conoce por ello, pero que son actores muy sólidos que han entendido muy bien la película y la han enganchado como si fuese suya, ha sido un éxito en ese sentido.

LANDER OTAOLA.- Para una buena comedia has de intentar no mentir. La comedia es una de las cosas más serias que hay, y cuando a veces intentas hacer comedia de donde no hay gags, de donde no surgen, o poner caras o hacer cosas gigantes para que surja, entonces no funciona. La comedia está más en la situación y en hacer comedia de verdad. Parece que para hacer comedia has de hacer algo más que la UNESCO, y no. La comedia cuanto más de verdad la hagas, cuanto mayor sea tu drama, más se va a reír. 

Carlos.- En la película el mundo de la cocina tiene un peso muy importante. Nos preguntábamos, en el caso de que os guste cocinar, cual es vuestro plato estrella y qué es lo que más os gusta pediros en un restaurante (Lander, nos consta que eres un buen amante de los pucheros).

JOAQUÍN MAZÓN.- (risas) Como dices, la cocina es la base sobre la que se sustenta todo esto sobre lo que queremos hablar, es lo que hace conectar al padre y al hijo. Para mi, tengo que reconocer que yo cocinero no soy, solo sé hacer una cosa, pero la hago bastante bien, que es la tortilla de patatas, luego a partir de ahí, ir a restaurantes, me gusta probarlo todo, porque en este viaje que hemos hecho con La vida padre, lo que tengo claro es que hay que probarlo todo y hay que dejarte aconsejar también. He tenido mucha fortuna de contar el chef Diego Guerrero, que ha sido nuestro asesor culinario, ya que me ha abierto el mundo a un mundo de sabores, de colores, de aromas, que ha sido un viaje.

LANDER OTAOLA.- (risas) como buen vasco me gusta comer muchísmo y me gusta cocinar. Me sale muy bien el pisto a la bilbaína, la sopa castellana, los guisos en general, las lentejas, todo lo que sea de cuchara, puchero, me sale muy bien. Para comer, mi plato favorito son las ostras, fíjate que es un plato que no tiene ningún tipo de elaboración, pero me vuelven loco las ostras. 

Carlos.- Joaquín, ¿cómo ha sido trabajar con el reparto de la película? Lander, lo mismo para ti, cómo ha sido trabajar a las órdenes de Joaquín Mazón y trabajar codo a codo con Enric Auquer.

JOAQUÍN MAZÓN.- Yo concebí la película como una película muy lineal entre un padre y un hijo, pero que está rodeada también de unos personajes que son necesarios y que son importantísimos, como son la familia del propio Karra y Enric, y la doctora que interpreta Megan Montaner. El trabajo ha sido exigente, no te voy a mentir, pero exigente en el buen sentido. Todos teníamos claro que no queríamos hacer una comedia sin más, de "venga, vamos a hacer cuatro tonterías y el espectador ya se reirá", sino que queríamos hacer algo que respetase también al espectador y que respetase la historia. En ese sentido, el trabajo ha sido muy exigente porque todos los actores te meten en un reto intelectual, un reto diario interpretativo de tener que estar al nivel. En ese sentido, a mi me ha parecido un viaje maravilloso. 

LANDER OTAOLA.- Para mi ha sido maravilloso. Da gusto trabajar con Joaquín porque es de esos directores que valoran mucho el trabajo del actor, se ensaya muchísimo. Hay directores que están más pendientes del plano, de lo técnico, y Joaquín a lo que más importancia le da es a los actores, y más en la comedia. Tiene muchísima experiencia, es un gran capitán de barco, es muy empático. A mi me parece un director que va a hacer muchísimas pelis porque todo el mundo quiere trabajar con él. Es lógico, es un tío maravilloso. Y de Enric qué te voy a decir, es uno de los mejores actores de nuestra generación, es un referente. Es un actor ductil, versátil, con muchas caras, y además aquí hace un personaje que hasta ahora no se le había visto en pantalla grande. 

¡¡OJO SPOLIER!!! Carlos.- Joaquín, la escena en la que sale Enric Auquer bailando, ¿bebe un poco de Risky Business de Tom Cruise o es una especie de homenaje?

JOAQUÍN MAZÓN.- Bueno, hay una cosa que me pasó con los actores, y es que me decían que si íbamos a hacer esta película siendo naturalistas, intentando contar la historia desde la verdad, no tengamos una coreógrafa (que la tuvimos), pero no coreografiemos los bailes. Yo con Enric lo que hice es darle pautas, un par de referentes (entre ellos el que indicas), él trajo una propuesta, y luego había un par de movimientos que yo tenía claros que necesitaba por el plano en cuestión, y entonces fuimos construyendo a partir de ahí. Yo creo que es una secuencia que no queda nada mal y que está muy bien defendida por Enric, precisamente por la generosidad de Enric de haberse lanzado. Se lanza a muerte diciéndome "venga, lo que tú quieras". Y precisamente, hay una indicación muy clara en esa secuencia por mi parte. Yo le dije "Enric, la noche anterior has estado bailando con tu padre, la noche anterior has conectado con tu padre, ya no eres el Enric del inicio de la película, eres un Enric más abierto, más suelto, más divertido". Yo creo que era una secuencia necesaria para que eso sucediese. 

Carlos.- Lander, por ponerte solo algunos ejemplos, Handia, Loreak, Errementari, Amama, Patria, Ane, Todas las lunas. El audiovisual vasco está imparable (por suerte)

LANDER OTAOLA.- Sí, se está haciendo mucha producción, cada vez se rueda más en Esukadi, está habiendo en los últimos años muchos éxitos y los que están por venir. ¡Qué te voy a decir! Para mi como vasco es fantástico. Está generando bastante trabajo en Euskadi, además se está rodando tanto en euskera como en castellano, está viniendo mucho rodaje internacional. Estamos viviendo una segunda época dorada del cine vasco, después de los 90 con Imanol Uribe, Urbizu, Álex de la Iglesia, Medem, etc. ha venido una nueva generación que está pisando muy fuerte, y eso nos viene muy bien a todos, la verdad.

Carlos.- Joaquín, has tenido que llegar tú, un director madrileño para mostrarnos que Bilbao luce genial en la gran pantalla.

JOAQUÍN MAZÓN.- Se han hecho magníficas películas en Bilbao, lo que tenía claro es que Bilbao era un personaje más de la película, Bilbao era vital que estuviese en la película, y además por un motivo claro. Creo que Bilbao es la ciudad de Europa que ha sufrido un mayor cambio en los últimos treinta años, social, político, económico, de imagen. Era necesario para vivir ese mundo que tiene Karra anclado en los 90 y el mundo moderno en el que vive Enric. Mi intención era contar esos opuestos y esos contrastes entre un Bilbao de los 90 y un Bilbao de 2020, y para eso evidentemente teníamos que enseñar todo su esplendor de la actualidad. Creo que lo hemos conseguido, aunque nos quedamos cortos porque Bilbao es estupendo.

LANDER OTAOLA.- Pues sí, Bilbao es un personaje más, y la película también es un homenaje a la ciudad. En la película vemos el Bilbao más de los 80, un Bilbao más gris, lluvioso, lleno de pintadas, industrial, y el Bilbao de ahora que parece Eurodisney. Está muy bien porque muestra los dos Bilbaos, y sí, es curioso que lo haya tenido que mostrar un director madrileño (risas). En serio, Joaquín ha captado muy bien la esencia, porque él también tiene un vínculo potente con Bilbao. A mi me emociona que salga un Bilbao tan bonito en el cine. 

Carlos.- Si vuestra mente tuviera que quedarse anclada en una época de vuestra vida, cómo le pasa al personaje de Karra Elejalde, ¿cuál elegiríais?

JOAQUÍN MAZÓN.- Pues seguramente me quedaría con una época en la que mi padre y mi madre aún vivían y mi hermano y yo éramos pequeños. Hay algo que también sale mucho en la película, que es ese peso que te da la responsabilidad. Ahora mismo se le ha puesto nombre, se le ha puesto definición, que es la ansiedad o la depresión. Todos estamos expuestos y empujados por el aquí y ahora, el conseguir algo, los retos, el éxito. Cuando eres niño todo eso no lo tienes y yo me quedaría en una época en la que todo eso no está. Lo que sucede en la película yo creo que anda un poco también por ahí, ¿no? El personaje de Karra, ante la presión de haber fracasado toma una decisión que es clave en la película y luego descubrimos que su hijo tiene la misma presión treinta años después, de otra manera, pero que seguimos en la misma presión de necesidad de éxito y de triunfo. La aparición de su padre lo que le hace es darse cuenta que hay que vivir la vida, porque la vida es otra cosa a parte del trabajo, y eso es lo que el padre le enseña al hijo. 

LANDER OTAOLA.- Sí, yo imagino que todos recurrimos a nuestra infancia, yo recuerdo una frase que decía "mi patria es mi infancia", y es verdad en que fue una época muy bonita. A mi me gustaría volver un momento, un día a los años 90, para ver cómo ha cambiado todo a nivel de imagen, de cartelería, de ropa, de modas, de todo. No sé, me parece que era una época más inocente, ahora sabemos demasiado de todo.

Carlos.- Una pregunta que hago para finalizar todas mis entrevistas. ¿Con qué momento os quedáis y qué habéis aprendido de La Vida Padre?

JOAQUÍN MAZÓN.- Profesionalmente he aprendido otra manera de trabajar con el reparto y las puestas en escenas desde un punto de vista más técnico, que he probado a hacer de una manera diferente a otras películas mías. Es algo que me ha gustado, y creo que voy a seguir por ese camino. Por otro lado, he aprendido una cosa que puede parecer más profunda, pero que a mi me parece muy bonita, y es que todos tenemos algo que contar. La manera de contarla es la gran diferencia también. En el fondo todos tenemos algo que contar, la forma de hacerlo, cada uno encontrará la suya. Este pensamiento me ha reconciliado con la narrativa y con la manera de trabajar.

LANDER OTAOLA.- Yo he aprendido que rodar una película cuando hay una pandemia mundial es complicadísimo, que para la productora ha sido un sobre esfuerzo magnánimo, para el director, para los actores... Hacer una película en pandemia es un milagro porque lo tienes todo absolutamente en contra. Y sin embargo mira, ha salido y estamos felices. Me quedo con eso, con que hacer cine es un milagro.